Martiño Noriega, durante su entrevista con ABC en el Café Casino de Santiago
Martiño Noriega, durante su entrevista con ABC en el Café Casino de Santiago - Miguel Muñiz
Entrevista | líder de compostela aberta

Martiño Noriega: «Siempre reivindico el discurso de los más para los más»

El ganador de las elecciones en Santiago confiesa que el ritmo de trabajo lo ha dejado «en la reserva», pero asume el papel de «catalizador del cambio»

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—¿Cómo se obtiene la confianza de la mayoría desde una posición ideológica tan definida?

—Se logró que Compostela Aberta fuese ese lugar de encuentro de gente que venía de la izquierda partidaria, pero también de gente que no estaba vinculada a ella. Nunca fue sólo un lugar de encuentro de dinámicas partidarias y mi rol personal fue facilitador. El discurso fue siempre el de la mayoría social, siempre reivindicamos el discurso de los más para los más. Mi experiencia me dice que no tienes por qué hacer renuncias si verdaderamente crees en esto.

—Usted despierta mucha ilusión, pero también recelos. ¿Entiende que algunos ciudadanos puedan estar inquietos? ¿Tienen motivos para estarlo?

—La campaña se polarizó mucho y este tipo de inquietudes brotan, pero creo que esas inquietudes se acaban disolviendo en el gobierno del día a día.

Nosotros gobernamos para la mayoría social y somos representantes de la totalidad de la ciudadanía. Estoy convencido de que puede haber gente, como algunos de los lectores de ABC, que si somos capaces de poner en marcha cuestionestiones de nuestro programa que tienen que ver con la honestidad, transparencia y buenas prácticas, lo valorará.

—¿Los recelos que despierta en los distintos espectros ideológicos son consecuencia de la idiosincrasia española? ¿La fractura derecha-izquierda no está superada?

—El proceso de 1978 no cerró determinadas dinámicas. Yo asumo dichas dinámicas, asumo que haya preocupación por la propuesta de laicidad en algunos sectores, pero también voy a lugares de encuentro. En Compostela hay 18.000 vecinos en riesgo de exclusión social y esto tiene que ser una prioridad para el conjunto de la ciudad. Aquí, cada uno desde diferentes lugares, se siente interpelado.

—¿La memoria es una condición necesaria para escribir cualquier relato de presente y de futuro?

—Yo hablaba de Ánxel Casal. Estamos hablando de ese alcalde que a toda la ciudad le gustaría haber tenido, era un editor, un alcalde que llegó a editar a Lorca, una persona que cuando se dio el golpe militar en 1936 vino a defender la legalidad a Santiago y fue asesinado en el Concello de Teo. Creo que una ciudad que se olvida de la memoria no puede proyectarse en el futuro, un pueblo es un ente colectivo y sin memoria estamos perdidos.

—A pesar de que afirma que encabeza «un proceso de unidad popular», parece evidente que el peso de su figura ha sido determinante. ¿Es consciente de que sobre usted descansan muchas expectativas?

— Soy consciente de que determinados roles personales catalizan el proceso y ppueden aportar un valor añadido, pero sólo entiendo los liderazgos si son puestos al servicio del colectivo y esa es mi vocación. No creerte principio y fin y ponerte al servicio del proceso. Por mi sólo no podría haber hecho nada.

—Durante la campaña electoral fue calificado como el «alcalde tránsfuga», también el «alcalde ausente». ¿Se reconoce en esos adjetivos?

—Nada de lo que está pasando estos años es normal, pero forma parte del momento histórico y es cierto que me ha afectado más de lo que me afecta. Yo a veces digo que estoy «encoirado», con cuero por fuera, es una expresión de mi madre. Las etiquetas no son agradables, pero luego tienes el retorno de la gente y el retorno es muy positivo. Yo creo que hubo muchos errores estratégicos de las otras fuerzas en campaña y una fue resucitar la ruptura del BNG porque pienso que la lectura de procesos de apoyo al Bloque y a la gestión en Teo fue un boomerang que se volvió en su contra. Cuando hay una percepción positiva, no tienen credibilidad esas críticas. En este sentido, fue más elegante el PP durante la campaña electoral y hay que reconocerlo.

—Su compromiso con Santiago dice que es absoluto, pero no cree en el matrimonio y el matrimonio canónico es indisoluble. ¿Busca la provocación?

—Fue un «pinchacarneiro», no sé si con el ánimo de provocar o de buscar una sonrisa. Si durante estos años fui presionado para encabezar el proceso de AGE y cumplí con mi responsabilidad en Teo, no sé cómo se sospecha que no voy a cumplir con mi responsabilidad ahora con la capital del país.

—¿Habrá una marea colectiva en Galicia para propiciar una mayoría de izquierdas en las autonómicas?

—Ojalá, porque depende de muchas estrategias, pero yo creo que lo que se demostró en estas candidaturas es que el proceso de acumulación de fuerzas sólo puede pasar por esa fórmula. AGE sólo fue el inicio y ese es el camino.

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