Iglesias junto al candidato de la Marea y diputados de AGE
Iglesias junto al candidato de la Marea y diputados de AGE - muñiz

El «show» de Iglesias llena el Palexco coruñés

El líder de Podemos llegó con honores de estrella del rock para apoyar al candidato de la Marea Atlántica herculina

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Hace un año Pablo Iglesias realizaba su primer acto preelectoral en Galicia. En aquellos tiempos Podemos era apenas el aleteo de mariposa que generaría el tsunami que nos anunciaban que iba ser y que hoy parece abocado a convertirse en marejada. Iglesias era un rostro crecientemente conocido para el gran público y, siempre confiado en sus posibilidades, presumía de haber ganado ya en unas elecciones a Alberto Núñez Feijóo. Y era cierto, como también lo era que en los comicios se decidía quién sería el padrino de promoción del grado en Ciencias Políticas de la USC, por lo que la mayoría del electorado se debatía entre la izquierda y la extrema izquierda. Iglesias reconocía que el triunfo no era gran cosa, pero era un comienzo.

El de ayer ya era diferente. También consiguió completar el aforo y dejar a personas sin asiento, pero Iglesias pasó de ser un aspirante acompañado de activistas sociales en una suerte de asamblea con preguntas a un político profesional acompañado de políticos profesionales y de personas que aspiran a serlo en un mitin al uso. Ante la cantidad de personas que no iban a entrar al Palexco coruñés —con truco incluido en el control de acceso para buscar la foto de las colas para entrar al recinto—, como si de una estrella del rock se tratase se subió a un balcón a saludar a la muchedumbre que acudía a escucharle. Entró al salón, acompañado de su banda entre vítores y gritos de «Sí se puede» y «Hay marea», por si a alguno le quedaban dudas sobre los movimientos que dan soporte a las candidaturas de «unidad popular».

Los artistas más conocidos, encargados de ir animando al público fueron dos diputados de AGE. Antón Sánchez y Yolanda Díaz marcaron un tono elevado que se mantendría durante todo el recital e interpretaron el repertorio rupturista al más puro estilo del que exhiben de costumbre en el Parlamento gallego. «Negreira, ponte el flotador que viene la Marea», «mafia» o «ladrones» fueron algunas de las lindezas que dedicaron al partido que gobernó la ciudad herculina con mayoría absoluta los últimos cuatro años. Con todo, Díaz dio un titular, un deseo que puede resultar premonitorio. Pidió «una marea gallega», quizá el primer paso para una gran entente entre Izquierda Unida y Podemos que no han conseguido lograr en otros puntos de España, con Anova como invitada especial.

Con el respetable ya entregado, tomó el atril el esperado, no sin antes volver a acercarse a saludar, y como es ya habitual en los últimos meses empezó a hablar a ritmo de rap. Iglesias ya no dice «casta», y se ha pasado al vocabulario de sus conmilitones gallegos utilizando palabras como «cobardes», «mediocres», «incapaces» o «ineficientes». Y se fue como vino, con honores de estrella para dejar cerrar el acto al candidato coruñés, Xulio Ferreiro, una figura intermedia al que gran solista quiso hacer de telonero.

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