Opinión de Juan Soto

Una obra de misericordia

Lo que antes servía para reivindicar un lugar a la diestra de Dios padre, es ahora delito electoral

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Mucho me temo que el caritativo episodio protagonizado el 20 de octubre de 2012 por un «comando itinerante del PP» en el entorno del Asilo de Ancianos de Lugo va a traer cola. De ser así, habría que achacarlo no al contumaz empeño del ignífugo señor Iravedra y demás compañeros mártires por seguir luciendo el pelo de la dehesa franquista, sino al galopante laicismo que corroe todas nuestras instituciones, sin excluir las judiciales. Porque lo que antes, en la inolvidable era del nacionalcatolicismo, merecería consideración de obra de misericordia (¿o es acaso otra cosa el generoso obsequio de las papeletas de la gaviota a unos cuantos ancianos incapacitados física y mentalmente, y el subsiguiente traslado de los mismos hasta la ranura de la urna?) es ahora considerado delito electoral.

Además de algunos cuerpos gloriosos, el couché madrileño acaba de desnudar a la penúltima golfada del PP lucense y deja en cueros la requisa de votos llevada a cabo por el partido en las últimas elecciones autonómicas. ¡Cómo cambian los tiempos! Lo que antaño serviría a la turba iravédrica para reivindicar un lugar a la diestra de Dios padre desemboca hogaño en una engorrosa comparecencia judicial en calidad de imputados y, lo que es peor, con la cabeza política del mayoral a punto de ser rebanada a la altura de la nuez y entregada en bandeja de plata a la revoltosa oposición. Siendo enorme tanto castigo, todavía puede alcanzar el hecho mayores cotas punitivas, porque la más que probable pérdida de la condición de inamovible consejero de la CRTVG constituiría una profunda herida allá donde bastantes dirigentes del PP suelen guardar sus principios más irrenunciables: en la cartera.

De la inadvertida presencia en el comando itinerante de otro destacado pajarito, con opíparo encaje en empresa pública subordinada al ejecutivo feijooniano, hablaremos otro día. Pero adelantemos que sería curioso que la vacante en el Consello de San Caetano no fuese la única consecuencia, ni la más importante, de la vergonzosa manipulación de ancianos inválidos en la ciudad de Lugo. Tratándose de un asunto de tanta basura, a ver lo que dicen en Sogama.

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