Algunas de las marcas del tiroteo en el atraco a la sucursal bancaria de Vigo
Algunas de las marcas del tiroteo en el atraco a la sucursal bancaria de Vigo - efe

El atracador de Vigo sufría un cáncer de hígado y había recibido «malas noticias»

En el bar que solía frecuentar cerca de su casa se sorprenden por lo ocurrido: «Jamás pensé que pudiera cometer algo así»

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Enrique Lago Fariñas, el ladrón conocido como «el Escayolista» que el viernes fue abatido tras matar a una agente de policía y dejar herido a otro en Vigo, estaba gravemente enfermo. Según comentan a ABC desde su barrio del Cabral, en el que residía, hace más de un año había sido operado de un cáncer de hígado y ahora «le habían dado malas noticias» a pesar de que recibía tratamiento.

Aunque era un habitual del bar Junquito, aseguran que «era muy reservado» y no solía explayarse al ser preguntado sobre su salud. No obstante, desde que su estado había empeorado se acercaba menos por la tasca de la que antes había sido «cliente diario».

En la zona están sorprendidos con su sanguinaria forma de actuar, pues al ser descubierto por la Policía abrió fuego pese a que Vanessa Lage, la agente fallecida, trató de calmarlo.

No hubo tiempo, él le descerrajó dos tiros y otros cinco a Vicente Alló, el subinspector que continúa en coma inducido, aunque las últimas informaciones apuntan a que «está evolucionando muy bien».

A pesar de que se ha publicado que este subinspector llevaba chaleco antibalas, fuentes consultadas por este diario insisten en que ni él ni Vanessa lo portaban en el momento del crimen. El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, comprometió el pasado sábado que una vez que termine la investigación policial interna, se expondrán conclusiones y se tomarán las medidas pertinentes.

Un pasado delictivo desconocido

«Jamás pensé que pudiera cometer algo así -señala el dueño del bar Junquito sobre Enrique Lago-. No tenía pinta de eso». Aunque ya en los años ochenta había cometido varios robos con violencia que le llevaron a prisión, estos hechos eran desconocidos para la mayoría de quienes solían cruzarse con él. En la última década no constaban reseñas policiales contra él.

Tenía una empresa de impermeabilización y se había encargado de obras destacadas como el túnel de A Cañiza. Incluso el propio bar solía servir de punto para encontrar empleados cuando necesitaba algún refuerzo. Pero a raíz de su enfermedad, había cerrado.

Acompañado de una novia

Sus restos mortales han sido ya incinerados

También afirman que en ocasiones solía ir «acompañado de una novia», aunque hacía algún tiempo que no la habían vuelto a ver. Sus restos mortales han sido ya incinerados. Fuentes policiales indican a ABC que no se vincula su deficiente estado de salud a su violenta actitud durante el atraco.

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