May viaja a Bruselas para intentar renegociar el acuerdo del Brexit

Los 27 dan por cerrado el pacto de divorcio y consideran imprescindible la salvaguarda irlandesa que en Westminster rechazan de plano

REUTERS

EP

La primera ministra británica, Theresa May , visita este jueves Bruselas con el mandato del Parlamento de tratar de reabrir un acuerdo que la UE se niega a negociar de nuevo , porque los 27 dan por cerrado el pacto de divorcio y porque consideran imprescindible la salvaguarda irlandesa que en Westminster rechazan de plano.

Los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker ; del Parlamento europeo, Antonio Tajani ; y del Consejo europeo, Donald Tusk , recibirán a May, por ese orden, a lo largo del día en sus respectivos despachos, con la esperanza de que la 'premier' presente un plan creíble para desbloquear la situación.

«Mañana (por el jueves) tendré el placer de recibir a la primera ministra británica y ella sabe que la Comisión Europea no está dispuesta a reabrir el asunto. Es la posición común de la Comisión y de la Unión Europea a 27», dijo Juncker a 24 horas de recibir a May.

«La Unión Europea a 27 no está haciendo ninguna nueva oferta », advirtió Tusk, por su parte, antes de pedir que May presente una propuesta «realista» con la que sacar el acuerdo del Brexit del «punto muerto» en el que se encuentra.

Ambos zanjaron así las esperanzas de Londres de reabrir el acuerdo para incluir en él garantías legalmente vinculantes con las que limitar los efectos de la red de seguridad diseñada para la frontera en el Úlster.

Sus declaraciones públicas sirvieron también para escenificar el apoyo unánime y sin fisuras del bloque a Irlanda , en sendas comparecencias ante la prensa tras reunirse con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.

La salvaguarda (o «backstop», en la jerga comunitaria) es una solución de último recurso prevista para evitar la reintroducción de controles físicos y aduana en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte en el caso de que tras el periodo de transición las partes no lograran definir una alternativa mejor para el futuro.

Para una mayoría de diputados en la Cámara de los Comunes, sin embargo, es un instrumento que debe ser eliminado porque supone una trampa que, de activarse, podría «atrapar» a Reino Unido indefinidamente en la Unión Aduanera. «Es una red de seguridad y dejaría de ser red de seguridad si puede ser destruida de manera unilateral por una de las partes», responde Juncker a esta exigencia.

Varadkar se ha encargado también de recordar que la situación en el Úlster no solo es clave para los intereses irlandeses y para los Acuerdos de Paz de Viernes Santo , sino también un problema europeo porque la frontera de Irlanda pasará a ser también la frontera exterior de la UE, desde la que proteger el Mercado Interior y la Unión Aduanera.

Además ha avisado de que hay «más parlamentos» en la UE que el británico y que la Eurocámara debe también dar su visto bueno al Tratado de Retirada para que éste sea ratificado, lo que implica que si se ignoran las líneas rojas europeas también podría frustrarse el pacto.

«Nunca abandonaremos a Irlanda», dijo el portavoz del Parlamento europeo y líder de los Liberales europeos, Guy Verhofstadt , tras verse con Varadkar el miércoles, repitiendo una defensa que también han expresado los jefes de las demás instituciones europeas.

Todos coinciden, además, en que la Unión Europea no quiere que fracasen los contactos y apuesta por una desconexión ordenada, por lo que se resiste a asumir que el 29 de marzo Reino Unido dejará la UE de manera caótica por la falta de acuerdo. Aún así, la UE avanza en paralelo el procedimiento de ratificación y la preparación de planes de contingencia para un Brexit abrupto.

Tusk ha admitido ya que, pese a sus reiteradas llamadas a la posibilidad de frenar el proceso, en Reino Unido no existen fuerzas políticas ni liderazgo dispuesto a promover la hipótesis de frenar el Brexit . Varadkar, no obstante, recordó desde Bruselas a Londres que tiene el poder de «aplazar» la salida o incluso de «revertirla».

El infierno

La ronda de contactos, anunciada a inicios de semana, se celebrará rodeada de cierta polémica después de que Tusk haya irritado al Gobierno y a muchos diputados británicos al preguntarse qué «lugar especial en el infierno» aguardará a los políticos que promovieron el Brexit sin tener un plan para cumplirlo de manera ordenada.

Juncker intentó rebajar la tensión al decir desde la sede de la Comisión Europea que él solo cree en el cielo y que no ha visto el infierno, «salvo al trabajar aquí , que es un infierno».

Verhofstadt, por su parte, se sumó a última hora a la polémica con un mensaje publicado en Twitter en el que dijo dudar que « Lucifer fuera a recibirles », porque viendo lo que han hecho en Reino Unido «podrían incluso llegar a dividir el infierno».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación