El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a su llegada a la ciudad china de Hangzhou
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a su llegada a la ciudad china de Hangzhou - AFP

Turquía libera a casi 34.000 presos para hacer hueco a los detenidos tras el golpe

El Gobierno otomano ha hecho oficial el despido inapelable de unos 40.000 funcionarios

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Las autoridades turcas han liberado hasta ahora a 33.838 reclusos, ha revelado este viernes su ministro de Justicia, Bekir Bozdag, después de que el Gobierno dijera que 38.000 presos saldrían de prisión para hacer hueco a los decenas de miles de detenidos por su presunta relación con el fallido golpe de Estado del 15 de julio. El Gobierno había indicado que la liberación de los presos se enmarca en sus reformas penales tras la asonada que intentó derrocar al presidente Recep Tayyip Erdogan.

Desde que una parte del Ejército intentó sin éxito derrocar al Gobierno, miles de personas han sido detenidas por su relación con el golpe y con la organización que lidera el clérigo Fetulá Gulen, al que Ankara acusa de ser el «cerebro» del golpe.

Además, el Gobierno turco ha hecho oficial el despido inapelable de unos 40.000 funcionarios, sospechosos de estar relacionados con la red del predicador conservador Fethullah Gülen, acusado de organizar el fallido golpe de Estado de julio pasado. Según un decreto publicado anoche en el boletín oficial del Estado turco, se oficializan, entre otros, los despidos de 28.100 funcionarios del ministerio de Educación, de otros 7.600 de la dirección de seguridad, de 2.000 empleados del ministerio de sanidad y otros 1.500 de la dirección de asuntos religiosos.

Desde el intento golpista de julio, Turquía había suspendido a unos 80.000 empleados públicos de diferentes sectores de la administración, incluyendo el ejército. Una parte de estas suspensiones se han convertido ahora en despidos formales e inapelables. Estos funcionarios no podrán volver más a sus puestos de trabajo y tampoco podrán apelar su despido, decidido por el Ejecutivo gracias a poderes especiales en el marco del Estado de emergencia, que rige en el país desde el golpe fallido. El decreto asegura que los funcionarios despedidos están relacionados con «organizaciones terroristas», en alusión a la red de seguidores de Gülen.

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