Trump celebra su plan fiscal, pero crecen las dudas sobre el déficit

Su primer gran triunfo legislativo beneficia sobre todo a los más ricos y a las empresas

El presidente de EE.UU.,. Donald Trump, celebra la aprobación de la reforma fiscal, este miércoles en Washington, junto a miembros republicanos de la Cámara y el Senado Efe
Javier Ansorena

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Donald Trump prometió «un regalo de Navidad» en forma de reforma fiscal a su electorado y se ha adelantado a Santa Claus. El Senado de EE.UU. votó este miércoles a favor del plan fiscal republicano, la mayor reforma impositiva en el país en décadas , después de que hiciera lo mismo la Cámara de Representantes. Se cumplieron así las previsiones, ya que nadie esperaba otro resultado desde que los senadores Marco Rubio (Florida) y Bob Corker (Tennessee) confirmaron el viernes su voto positivo . Solo faltó el voto de John McCain (Arizona), en cuidados médicos para tratar un cáncer cerebral, con lo que, a pesar de la oposición frontal de los demócratas, el resultado final fue de 51-48.

La aprobación definitiva sufrió un retraso inesperado, ya que varias provisiones de la norma impedían que fuera aprobada por una mayoría de 50 senadores y se devolvió a la Cámara Baja para retocarla, aunque no se esperaba que eso fuera un impedimento para su aprobación definitiva. Por su parte el presidente se congratuló por la aprobación definitiva en el Congreso de su tan ansiada reforma fiscal, y aseguró que ésta será como «echar combustible de cohetes a los motores de la economía» estadounidense.

Varias interpretaciones

La reforma prevé un recorte masivo de impuestos , que se cifra en 1,5 billones de dólares. «Esto es lo que vamos a hacer», dijo el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, «sacar el dinero de los bolsillos de Washington y devolverlos a los de la clase media». Es un análisis que pocos comparten en EE.UU.

Aunque es cierto que los recortes de impuestos afectarán a casi todos los segmentos de la población, los más beneficiados son las empresas -cuyo tipo bajará del 35% al 21%- y las rentas más altas . Además, al contrario de lo que ocurre con el impuesto de sociedades, los recortes para los individuos expiran en 2025, para no sobrepasar los límites al engrose del déficit que supone la norma.

Junto con la inequidad de quién se beneficia de la reforma, el impacto en el déficit es otra de sus grandes sombras. Los republicanos insisten en que el plan fiscal «se pagará por sí mismo», ya que desatará un crecimiento económico que compensará los recortes fiscales. Sin embargo, el Comité Conjunto de Impuestos del Congreso, políticamente independiente, ha proyectado que la reforma aumentará el déficit en un billón de dólares en una década y que será todavía más si se amplían los recortes a las personas a partir de 2025.

Esas cuestiones, y la impopularidad de la norma entre demócratas e independientes, no preocupan a Trump, que cierra el año con el gran triunfo legislativo que se le había resistido en casi un año de presidencia.

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