Sánchez reconoce a Guaidó entre críticas de la oposición por su tardanza

La prioridad del presidente del Gobierno ahora es actuar dentro de lo que establezca el Grupo de Contacto Internacional creado por la Unión Europea

EP
Víctor Ruiz de Almirón

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«Paso a paso». Es el lema que ha impuesto Pedro Sánchez en su actuación en Venezuela. A primera hora de ayer el presidente del Gobierno comparecía en Moncloa tras cumplirse el plazo de ocho días que varios países de la Unión Europea concedieron al régimen de Nicolás Maduro para que convocase elecciones presidenciales. Estos países pretendían que Nicolás Maduro se plegase a convocar elecciones presidenciales en ese plazo de ocho días. Un plazo que para lo único que ha servido ha sido para constatar la negativa de Maduro. Como respuesta, incluso se produjo la retención durante 24 horas de tres periodistas de la Agencia Efe.

En una comparecencia de prensa sin preguntas, Sánchez anunció que España «reconoce oficialmente al presidente de la Asamblea como presidente encargado» e insistía en que este reconocimiento debe tener como horizonte claro « convocar unas elecciones en el menor plazo de tiempo posible». El principio de prudencia ha presidido las decisiones de Sánchez a este respecto. Hasta el punto de que en su discurso escrito no se incluía la apelación al breve espacio de tiempo que debe transcurrir hasta las elecciones.

La prioridad de Sánchez ahora es actuar dentro de lo que establezca el Grupo de Contacto Internacional creado por la Unión Europea «para acompañar a Venezuela en este proceso». Durante la tarde de ayer Sánchez contactó con algunos gobiernos europeos e iberoamericanos «para desarrollar nuestra posición », lo que pone de manifiesto que los próximos pasos, esencialmente en materia diplomática, están por determinar. Sánchez eludió referirse a ello en su intervención, y no puedo ser objeto de preguntas al elegir Moncloa un formato no abierto a las cuestiones de la prensa.

Sin embargo, fuentes de la presidencia del Gobierno posponían estas decisiones diplomáticas a la reunión del Grupo de Contacto que se celebrar en Montevideo y a la que tiene previsto acudir el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borell. En el Gobierno justifican estos pasos tan medidos en primer término por la preferencia por actuar en base a una posición acordada en toda la UE, que a día de hoy sigue sin ser posible, pero también por la necesidad de preservar los intereses españoles en Venezuela. Sánchez insistió ayer que va a tener «muy presente la situación de la numerosa colonia española » que reside en Venezuela y que es una «prioridad» para el Gobierno. El presidente del Gobierno también aseguró que tiene «muy en cuenta los lógicos intereses de las muchas empresas de nuestro país radicadas en Venezuela». El Ejecutivo siempre ha defendido que Maduro retiene el poder efectivo y tiene su preocupación por su respuesta en caso de verse acorralado.

Maduro respondió ayer en un discurso al reconocimiento que Sánchez hizo de Guaidó. «Digo al señor Pedro Sánchez, Dios no lo quiera, que algún día se concretara el golpe de Estado , si algún día se concretara una intervención militar gringa, las manos de Pedro Sánchez quedarán llenas de sangre, como quedaron las manos de José María Aznar en la guerra de Irak», afirmó.

En realidad, la decisión de españa ha contribuido a desencadenar una cascada de apoyos a Guaidó por parte de la mayoría de los países miembros de la Unión Europea . Además de España, ayer tomaron la misma decisión Portugal, Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos, Francia, Hungría, Austria, Finlandia, Bélgica, Luxemburgo, la República Checa, Letonia, Lituania, Estonia, Polonia, Suecia y Croacia,

Reticencias

Las posturas más reticentes han sido las de Grecia e Italia, ambos países gobernados por fuerzas populistas de distinto signo, que tienen en común simpatías con uno de los principales aliados de Nicolás Maduro, el régimen ruso. Italia particiará incluso en el «grupo de contacto» que reune la semana que viene en Montevideo a países europeos e iberoamericanos, incluyendo tanto a partidarios de sostener a Guaidó como presidente como a los que insisten en que Nicolás Maduro sigue siendo pese a todo el gobernante legítimo como Bolivia. Italia, que se ha negado a abandonar a Nicolás Maduro, tambuién participará en la reunión del «grupo de contacto» cuya principal virtud parece ser el que tenga un plazo cerrado de vida de tres meses y después se disolverá.

En todo caso, el anuncio de los gobiernos europeos ha sido bien definido en un comunicado conjunto en el que recuerdan que el propósito específico de su decisión es el de permitir la celebración de «elecciones presidenciales libres, justas y democráticas».

Al tratarse de una decisión en la que no ha habido consenso de todos los países, la Comisión Europea no puede actuar por su cuenta como si hizo el Parlamento, que aprobó una resolución en la que se reconocía a Guaidó como presiente y se le conminaba a enviar un representante diplomático a Bruselas. Por ahora, ni la Comisión ni el Gobierno belga (que es el que alberga la embajada venezolana en Bruselas y su representación ante la UE) han anunciado pasos adicionales hacia el estatuto de los funcionarios venezolanos. En Caracas, los países que han dado el paso han decidido también apoyarse en caso de eventuales represalias del régimen en sus últimos coletazos.

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