Rudy Giuliani, el hombre que metió a Trump en la trama ucraniana
Su protagonismo se ha disparado en las últimas semanas con el escándalo de la llamada del presidente a su homólogo en Kiev, Volodimir Zelenski
Nada le gusta más a Rudy Giuliani , exalcalde de Nueva York y abogado de Donald Trump, que ser un «talking head», esas cabezas que hablan, los opinadores, partidarios y tertulianos que copan buena parte de las cadenas de noticias en EE.UU. Con el ascenso del presidente al poder ha sido un fijo en la línea de defensa del presidente en todos los frentes, en especial tras ser reclutado como uno de sus abogados personales, un conseguidor en las altas y en las bajas esferas.
Su protagonismo se ha disparado en las últimas semanas con el escándalo de la llamada de Trump a su homólogo en Ucrania, Volodimir Zelenski. Giuliani es el muñidor aparente de todo el asunto, quien azuzó la investigación de la conexión ucraniana con el inicio de la trama rusa en las elecciones de 2016, quien mantuvo contactos antes y después de la llamada -incluida una reunión en Madrid- con altos cargos del Gobierno de Zelenski para que investigaran a Joe Biden, el rival político de Trump, y su hijo…
Que Giuliani se viera salpicado por el escándalo -Trump le menciona varias veces en la transcripción de su llamada y el «chivato» que propició el escándalo habla de él en su queja interna- no ha evitado sus apariciones en televisión. Una de ellas, al poco de conocerse el caso, sirvió, a la vez, de confesión, de contradicción y de material de mofa para los cómicos estadounidenses.
Metedura de pata
Le entrevistó Chris Cuomo en la CNN, y le hizo una pregunta directa: «¿Pediste a Ucrania que investigara a Joe Biden?». La respuesta fue igual de clara, «No», dijo y explicó que lo que pidió fue que investigara las alegaciones de que Ucrania estaba detrás de las investigaciones que dieron lugar a la trama rusa. «¿Nunca pediste nada sobre Joe o Hunter Biden?», insistió el periodista. «Lo único que pedí que es que fueran hasta el fondo de las alegaciones sobre el fiscal que fue nombrado y que desestimó el caso», dijo sobre un embrollo legal que tuvo el hijo del candidato demócrata a la presidencia. «Entonces, sí que preguntaste algo sobre Joe Biden…», volvió a atacar el periodista. «¡Por supuesto que lo hice!», gritó Giuliani en contradicción, con el histrionismo facial que hace las delicias de sus imitadores: la mandíbula desencajada, la dentadura prominente y artificiosa, los ojos desorbitados, la voz quebrada.
La entrevista no solo fue material del que disfrutaron los programas «late-night» como el de Seth Meyers o Saturday Night Live, donde un imitador de Giuliani reconocía por teléfono con Trump las ilegalidades solo para después decir que estaba en el plató de la CNN y preguntar al presidente si ponía el altavoz. También es una de las razones por las que ha sido requerido por el Congreso de EE.UU. para que entregue información y documentos sobre el asunto . La citación de tres comités de la Cámara de Representantes -con mayoría demócrata- también se basa en otra resbalada de Giuliani en televisión. En un programa de Fox News, presentó mensajes de texto de altos cargos del Departamento de Estado que demostraban su colaboración y conocimiento de las presiones.
Giuliani ha dicho que los demócratas han «prejuzgado» y que se pensará si responde a ese requerimiento judicial. Lo que es indiscutible es que no ha dicho su última palabra. Nunca lo hace.
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