Una instantánea de los refugiados sirios en LM Villages, en Mirsini
Una instantánea de los refugiados sirios en LM Villages, en Mirsini - ABC
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Un resort griego, nuevo hogar para 338 sirios

En una localidad del Peloponeso se ha habilitado un centro vacacional abandonado para acoger a familias de refugiados

Corresponsal en Atenas Actualizado: Guardar
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En Grecia se encuentran ahora, según cifras oficiales, más de 54.000 refugiados y migrantes bloqueados y a la espera de poder seguir su viaje para instalarse en otro país europeo. La mayoría está viviendo en distintos centros temporales de acogida, en general bajo condiciones espartanas; otros se encuentran en campamentos informales en El Pireo y en Idomeni, cerca de la frontera con Macedonia. Unos duermen en contenedores, muchos en tiendas de campaña. Sin embargo, hay un grupo de 338 sirios e iraquíes que lo hacen en pequeños apartamentos en la costa del Peloponeso, en un lugar llamado Mirsini. Ello ha sido posible gracias a la mediación del alcalde del municipio de la zona, Andravida y Kilini, que es… sirio.

Nabil Morad es un médico educado en Bélgica y Bulgaria. Nacido en la ahora destrozada ciudad siria de Homs, se casó con una doctora griega y en 1989 abrieron juntos una consulta en la localidad de Lejená, en el Peloponeso. Es el primer inmigrante que ganó unas elecciones municipales, en 2014, con el 52,23% de los votos, presentándose como candidato independiente.

En la zona existía un complejo turístico muy coqueto, conocido como LM Villages y que por complejas razones administrativas estaba abandonado desde hacía más de siete años. El alcalde Morad se planteó reabrir esas instalaciones para poder dar cobijo a los refugiados que llegaban a Grecia, y especialmente a los que lo hicieron antes del 20 de marzo, fecha en la que se empezó a aplicar el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía. Lo ha conseguido: tras obtener el acuerdo de su consejo municipal, se entrevistó con el viceministro de Defensa Dimitris Vitsas. Su oferta fue que si el Estado arreglaba el resort, se podría utilizar para acoger a los refugiados. La rehabilitación ha sido ejecutada por el Ejército, que ha adecentado las casitas y ha instalado agua y electricidad. También se ha organizado con eficacia la seguridad, la alimentación y los cuidados médicos. Incluso, ha nacido un bebé y ha sido el propio alcalde el que lo ha inscrito en el registro civil.

Nabil considera que el problema de los refugiados no puede dividir a los griegos y ha conseguido tranquilizar a sus vecinos. Desde el puerto de El Pireo llegaron las familias sirias con sus niños, huyendo de la guerra que ha destruido sus hogares. Están contentas porque se encuentran a salvo, cerca del mar, bajo un techo sólido y no en tiendas de campaña que se inundan con la lluvia. Los niños pueden jugar tranquilos y dormir durante toda la noche sin sobresaltos. «Pero no queremos esto. Lo que queremos es viajar a un lugar donde nos podamos asentarnos y trabajar», dice Heba Algafer, una estudiante de Damasco. Heba llegó con su novio, desde las costas turcas, a la isla de Samos en un barco con 70 personas. Fue el 19 de marzo y tuvieron suerte: fueron enviados al Pireo ese mismo día. «Ahora esperamos ir a Suecia, donde reside la madre de mi prometido».

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