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La renuncia de la titular de Defensa desata la primera gran crisis de Macron

Acusada junto con otros ministros de pagar a asistentes con dinero del Parlamento Europeo, dimite la víspera de la designación del nuevo Gobierno

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A los 44 días de su elección como presidente, en vísperas de la formación de su segundo gobierno en cuatro semanas, las nubes tóxicas de varios escándalos paralelos se ciernen sobre el presidente francés, Emmanuel Macron, varios de sus ministros y sus principales aliados centristas.

Un juez ha tenido incluso la peregrina idea de abrir una instrucción preliminar, bajo la sospecha de que un viaje realizado por Macron a Las Vegas en enero de 2016, siendo ministro de Economía, pudiera haber incurrido en el posible delito de «favoritismo» y «complicidad» con los empresarios que pagaron su desplazamiento a la ciudad por intereses publicitarios. Se trataba de un «viaje privado», pagado por varias empresas que exponían productos «made in France».

La Policía Judicial procedió en la mañana de ayer a varios registros de las oficinas parisinas de dos grandes empresas, Havas y Business France, buscando pruebas del posible delito.

No son delitos

Las sospechas de «favoritismo» y «complicidad» no son delitos penales para la Justicia francesa, cuando se trata de viajes promocionales de empresas nacionales que intentan abrir nuevos mercados, pero destilan un equívoco perfume sobre la silueta hasta ahora inmaculada del joven presidente. La instrucción preliminar no prejuzga la evolución del caso. El juez puede abandonar o enterrar la investigación y el eventual proceso, si sus diligencias no descubren pruebas de posibles delitos.

La decisión preliminar del juez se hizo pública ayer en el momento más «inoportuno»: pocas horas después de que Sylvie Goulard, la ministra de Defensa, anunciase su «renuncia irrevocable» al cargo para poder hacer frente a las sospechas que pesan sobre ella y otros dirigentes y ministros centristas de haberse beneficiado del trabajo de asistentes parlamentarios pagados con dinero del Parlamento Europeo. Sylvie Goulard dimitió, según la explicación que ella misma aportó, «para poder defenderse y demostrar su inocencia».

Según las primeras investigaciones, Goulard y otros dirigentes centristas habrían pagado con sueldos del Parlamento Europeo los trabajos políticos y personales de asistentes propios, beneficiarios de eventuales «empleos ficticios».

Sobre los ministros de Justicia, François Bayrou, y Asuntos Europeos, Marielle de Sarnez, pesan las mismas sospechas: haber pagado a asistentes o colaboradores personales centristas con dinero del Parlamento Europeo.

Tormenta en mal momento

Bayrou, Goulard y Sarnez son tres miembros eminentes del Mouvement Démocrate (MoDem, Movimiento Demócrata), el grupo centrista que se presentó a las recientes elecciones legislativas en listas comunes con La República en Marcha (LREM), el partido reformista de Macron. «Le Monde» resume la crisis en curso con este titular, a toda página: «El MoDem, en la tormenta».

Tormenta política. En tanto que ministro de Justicia, Bayrou presentó en días pasados el primer proyecto de reforma del presidente Macron: un proyecto de Ley destinado a «moralizar» la vida política. En vísperas de la formación del nuevo gobierno que defenderá ante la nueva Asamblea Nacional, el estallido del escándalo centrista de los asistentes parlamentarios europeos precipita una lluvia tóxica peligrosa para el presidente Macron, forzado a dar a su primer cambio de gobierno una dimensión menos «técnica» de lo previsto, acosado por las instrucciones judiciales.

Aunque no prejuzgue la evolución procesal del caso, la instrucción preliminar por el presunto delito de «favoritismo» cae además en el momento más nocivo, en vísperas del cambio de gobierno tras las elecciones legislativas, lo que podría precipitar tormentas políticas de alcance imprevisible para el presidente. La dimisión de Goulard y las sospechas que pesan sobre los asistentes parlamentarios europeos de Bayrou y Sarnez son una bomba de relojería instalada en la sede del partido de los primeros aliados del presidente de la República.

Caso de posible nepotismo

Si las sospechas que pesan sobre el MoDem se agravaran, Macron podrá contar con un grupo parlamentario propio, con mayoría absoluta, en la nueva Asamblea Nacional.

Pero al frente de ese grupo se encuentra Richard Ferrand, exministro de Cohesión Territorial, «expulsado» de ese cargo por Emmanuel Macron para ponerlo al frente de su grupo parlamentario.

La Justicia también está instruyendo otro presunto escándalo contra Ferrand, sospechoso del posible delito de «nepotismo» cuando fue director general de Las Mutuas de Bretaña, una compañía de seguros que concedió generosos favores muy rentables, económicamente, a su esposa y a su amante.

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