Quién es quién en la batalla por la sucesión de Cameron en el Partido Conservador

Se abre el plazo para presentar las candidaturas para una batalla en la que el exalcalde de Londres, Boris Johnson, y la ministra de Interior, Theresa May, parten como grandes favoritos

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Este miércoles comienza la carrera para suceder a David Cameron, que será finalmente un mano a mano a buen seguro entre Boris Johnson, alzaprimado por su espectacular triunfo en el referéndum, y la ministra del Interior, Theresa May, el antídoto de Cameron contra la ambición rubia, una conservadora clásica al modo de antaño.

Desde esta tarde hasta mañana al mediodía pueden presentar sus nombres los aspirantes. Deberán de contar con el aval de dos diputados conservadores para pasar el primer corte. A partir de la selección inicial, los 331 parlamentarios «tories» de los Comunes votarán dos veces por semana para ir haciendo una criba que dejará dos finalistas. Esos dos candidatos se someterán al escrutinio del voto postal de los 125.000 militantes conservadores.

El nuevo líder deberá estar elegido a más tardar el próximo 9 de septiembre. Pero si todo va rápido se admite que se adelante, incluso a mediados de agosto.

Estos son los principales en nombre que se han postulado hasta ahora:

Boris Johnson
Boris Johnson

-Boris Johnson, el bufón que quería ser «premier»

Boris Johnson, ex alcalde de Londres, ciclista urbano, periodista de 52 años y articulista del «Telegraph», que lo ha llevado en volandas en la campaña, es una fuerza de la naturaleza que ha podido con todo. Cuando trabajaba en la prensa, lo despidieron de «The Times» por inventarse citas, pero hoy cobra dinerales por sus libros. Es un milagro que se mantenga en pie su matrimonio con su segunda esposa, la prestigiosa abogada Marina Wheeler, con la que tiene cinco hijos, pues Alexander Boris de Pfeffel Johnson, Boris para el mundo, la traicionó con dos relaciones adúlteras contadas como un folletín en los tabloides (con hijo extraconyugal incluido). También ha logrado superar su imagen de cómico poco fiable (en la campaña, John Major todavía lo insultó llamándolo «el bufón del reino»). Excéntrico e hijo de una familia excéntrica, su padre, Stanley, escritor, ecologista y antiguo empleado de la UE, y sus hermanos apoyaban la permanencia.

«Soy un crisol en una sola persona», suele decir refiriéndose a sus ancestros. Curiosamente, un hombre nacido en Manhattan, con sangre francesa, alemana y turca (su bisabuelo Alí Kemal llegó a ministro del Interior) encarna a ojos del público la quintaesencia de lo inglés. Estudio en Eton y Oxford, como Cameron, tres años menor que él, a quien desdeña y considera menos inteligente. Siempre consideró una anomalía que el partido prefiriese como líder al afable relaciones públicas que a él.

Boris añade algo más a la ecuación: un sentido del humor arrollador, casi infalible y sin autocensura. Durante varios lustros, este ex periodista de huesos anchos y espaldas cargadas, con un pelo casi albino disparado y fiel a su bici, fue el Falstaff de Westminster: «Si votas tory, tu coche correrá más y tu novia tendrá más talla de sujetador», uno de sus hitos. Pero ahora, sin renunciar a sus mañas cómicas, el bufón quiere transmutarse en el Príncipe Hal. Aspira a reinar, a suceder a Cameron en el Número 10 en 2020.

Theresa May
Theresa May - Reuters

-Theresa May, una Thatcher baja en calorías:

La solvente ministra del Interior, una veterana de 59 años, es la gran baza en la operación «Cualquiera menos Boris» que trenzan las redes de Cameron. En 2008, cuando Esperanza Aguirre lanzó su fallida acometida contra Rajoy, se quejó de que su PP se había convertido en un «nasty party». El copyright no es suyo. La primera que utilizó la expresión fue Theresa May, ministra del Interior desde 2010. Lo hizo en 2002, en unos breves meses en que presidió el partido, reclamando su modernización.

Pero May no es moderna, al revés, encarna en cierto modo el conservadurismo tradicional de la Inglaterra rural. Es sólida y clásica, hija de un clérigo anglicano, graduada por Oxford, de misa dominical y magnífica casa campestre junto al Támesis (a la vera de la de George Clooney). Le falta brillo parlamentario para la pelea sucesoria, pero tiene otras virtudes. Profundamente euroescéptica, fue leal y ha apoyado a su primer ministro, aunque cuidándose de mantener un perfil bajísimo en campaña. Como ministra su labor ha sido excelente. Se la compara con Thatcher, pero le falta su músculo. Sería una versión baja en calorías de la Dama de Hierro. Es muy respetada en el partido y los diputados más elitistas que detestan a Boris se agarrarán a ella como un clavo ardiendo. Según una encuesta del «Times» del martes entre la militancia tiene un 31% de apoyos frente a un 24% de Boris.

Stephen Crabb AFP
Stephen Crabb AFP

-Stephen Crabb, un tory peleón de clase baja:

Tiene 43 años y fue promovido a ministro de Trabajo en marzo, tras la espantada de Ian Duncan Smith, un clásico del partido que se fue por sus convicciones euroescépticas. Crabb es una rareza en una formación que dominan los vástagos patricios que han pasado indefectiblemente por el Colegio de Eton y luego por Oxford y Cambridge. Se crio en una vivienda de protección pública de Glasgow y sufrió una infancia atroz. Su padre maltrataba a su madre y se marchó de casa cuando el hoy político solo tenía ocho años. Consiguió a puro callo estudiar en la London Business School y otro indicio de su talante peleón es que ha sido jugador de rugby. Pretende enarbolar el «conservadurismo compasivo» con el que Cameron se presentó –aunque en la práctica no lo ejerció mucho- y abrir al Partido Conservador a los caladeros laboristas.

Crabb llevaría como su segundo y ministro de Economía al brillante Sajid Javid, de 46 años, alto ejecutivo en su día del Deustche Bank y hoy ministro de Industria, al que distingue una cabeza afeitada al cero. La biografía de Javid es clónica de la de Sadiq Khan, el alcalde laborista de Londres: es hijo de un conductor de autobús paquistaní y se crio en una vivienda de protección oficial de Bristol.

Nicky Morgan
Nicky Morgan - EFE

-Nicky Morgan:

Inglesa de la zona bonita del Sur de Londres, a 16 kilómetros del centro, tiene 43 años, estudió leyes en Oxford (con un préstamo que le llevó ocho años devolver) y trabajó en la empresa privada como abogada entre 1994 y 2000. Es diputada desde 2004 y con Cameron ha sido secretaria de Estado del Tesoro, ministra de Mujer e Igualdad y ahora, ministra de Educación. Está casada con un arquitecto desde 2000 y su único hijo nació en 2008. Morgan estaría en el ala de centro-izquierda del partido, que no es la más en boga con los aires que corren tras el Brexit en la casa tory. En su día dio que hablar en su formación al reclamar al partido que dejase «la liga del odio» y se abriese más. Como ministra de Educación heredó el cargo de Michael Gove, hombre de buena cabeza, que le dejó hecho el dibujo de las reformas que ella ha seguido. A Gove le pudieron sus formas, poca diplomacia, y Morgan tiene más mano zurda.

La polémica de su carrera fue por un tema de conciencia, en 2013 fue uno de los 175 diputados tories que votó contra los matrimonios entre homosexuales, alegado que el matrimonio debe ser restringido a hombre y mujer. Ante las críticas, cambió de idea, alegó que aquello lo hizo para apoyar el sentir de los votantes de su circunscripción y pasó a ser pro bodas gay. Pocas posibilidades en la carrera ahora mismo según los torytólogos, más bien estaría posicionándose para el futuro.

-Otros animadores:

Jeremy Hunt, ministro de Salud, en guerra con los médicos en prácticas, también ha lanzado un globo sonda. Otro que podría intentarlo es el incansable y veterano eurófobo Liam Fox, ministro de defensa en su día, que tuvo que renunciar por invitar a viajes a un amigo. Andrea Leadsom, de 53 años, secretaria de Estado de Energía, ha salido muy reforzada de su implacable campaña pro Brexit y también suena.

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