El presidente ruso, Valdimir Putin,
El presidente ruso, Valdimir Putin, - REUTERS

Putin ordena grabar conversaciones y correos electrónicos

El líder ruso quiere crear un sistema de espionaje total con la excusa del terrorismo

CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: Guardar
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Por si no fueran ya suficientemente represivas y restrictivas las leyes promulgadas desde que fue reelegido presidente hace cuatro años, el máximo dirigente ruso, Vladímir Putin, acaba de aprobar toda una serie de modificaciones a la ley contra el terrorismo y el extremismo que refuerzan los ya abultados controles sobre la sociedad y el individuo y endurecen las penas por incumplimiento. La parte más polémica del paquete de enmiendas se refiere a la obligación que tendrán a partir de ahora los operadores de telefonía e internet de almacenar durante un mínimo de seis meses todo el tráfico generado por los usuarios a fin de facilitárselo a los servicios de seguridad si lo exigieran.

El contenido al que hace referencia la norma recién actualizada incluye conversaciones telefónicas privadas, mensajes de texto, fotografías, grabaciones de audio y vídeo, las entradas en cualquier red social, el listado de las páginas web visitadas, la identificación de los usuarios y las claves para decodificar protocolos.

Toda esta información deberá ser facilitada por los servidores de internet, mensajería, redes sociales y hasta las tiendas de venta online.

Las organizaciones de Derechos Humanos rusas sostienen que Putin se propone crear un sistema total de espionaje, vigilancia y seguimiento, un «gran hermano» sin precedentes con el pretexto de prevenir los atentados terroristas. Se da la paradoja de que el antiguo consultor de la Agencia de Seguridad estadounidense (NSA), Edward Snowden, que acusó a Estados Unidos de crear un sistema de «vigilancia masiva», continúa refugiado en Rusia y bajo la protección de sus dirigentes.

Blindar el Mundial

Las nuevas modificaciones introducidas, que han sido elaboradas por la diputada oficialista, Irina Yarovaya y el senador Víctor Ózerov, están también dirigidas contra el «extremismo», término que con frecuencia se aplica a la oposición extraparlamentaria rusa. Antes de llegar a manos de Putin, la iniciativa recibió el visto bueno de la Duma (Cámara Baja) y del Consejo de la Federación (Senado). Según comentarios de algunos legisladores, todo está pensado para blindar de posibles atentados el Mundial de Fútbol de 2018, que se celebrará en once ciudades rusas. De ahí que las enmiendas entren en vigor ese año.

No sólo la oposición y el Consejo de Derechos Humanos de la Presidencia rusa han puesto el grito en el cielo, sino también las compañías de telefonía móvil, que solicitaron al Kremlin, sin ningún éxito, vetar la ley. Las operadoras advierten de que la adquisición de equipo y contratación del personal necesario para estar en condiciones de cumplir la norma tendrá un coste de más de un billón de rublos (más de 14.000 millones de euros). Ello, aseguran, llevará irremisiblemente a que las tarifas se tripliquen.

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