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Imagen del puesto del sindicato CGT - AFP

Primera marcha sindical contra la política económica de Macri

La excusa es celebrar el 1 de mayo pero la marcha por el día del trabajador se parece más a un amago de huelga general, convocada por las cinco principales centrales sindicales

Buenos Aires Actualizado: Guardar
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La excusa es celebrar el 1 de mayo pero la marcha por el día del trabajador se parece más a un amago de huelga general, convocada por las cinco principales centrales sindicales, que a otro tipo de celebraciones. Al frente unido de gremios, el mismo que estuvo dividido durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hasta el pasado 10 de diciembre, se le unieron a última hora el Partido Justicialista (PJ), formaciones de izquierda, «kirchneristas» y La Cámpora, la organización que responde a Cristina y Máximo Kirchner.

Las «novedades» abrieron una fisura en las filas de Gerónimo «el Momo» Venegas, único gremialista que parece no tener intención de empujar al rincón del ring al Presidente Mauricio Macri, cuyo Gobierno apenas tiene cinco meses.

Pero las incorporaciones políticas a la movilización de hoy, por fuera del mundo sindical que forman las tres facciones de la CGT (Confederación General del Trabajo) y las dos de la CTA (central de Trabajadores de Argentina) , también provocaron malestar en Luis Barrionuevo, líder del gremio hostelero y peso pesado histórico del sindicalismo que optó por renunciar a intervenir, como tenía previsto, en la tarima de oradores donde al mediodía intervendrán sus colegas Antonio Caló (CGT) , Hugo Yaski (CTA) y Hugo Moyano (CGT anti kirchnerista) que pondrá el broche final después de que se lea un documento donde expondrán sus quejas por el ajuste económico.

El alza descomunal de las tarifas de servicios públicos (en transporte llegó al 100 por cien y en la luz hasta el 600 por cien), los despidos que se arrastran en el sector privado (unos 80.000) y el público donde el anterior Gobierno dejó un Estado mastodóntico (más de 10.000), más la inflación (camino al 35 por ciento) y un sistema impositivo corrosivo para las clases medias son algunas de las demandas de los gremios que, a su vez, exigen ampliar subvenciones y que se apruebe una ley que prohíba los despidos o imponga una indemnización doble en caso de producirse. El proyecto tiene ya media sanción en el Senado y está pendiente de tratarse en el Congreso donde si logra luz verde el Ejecutivo anticipó que lo vetaría.

En ese contexto de malestar y fin de luna de miel de Macri, el sindicalismo protagoniza su «Marcha sindical». Según las previsiones serán entre 60.000 y 100.000 las personas que se sumen para recorrer algunas de las principales arterias de la ciudad de Buenos Aires con destino al Monumento al Trabajo, a la vuelta de la esquina de la sede de la CGT que lidera Moyano, un personaje clave que fue el azote de la breve gestión de Fernando de La Rúa (1999-2001), convivió sin sobresaltos con Néstor Kirchner (2003-2007) y en el segundo mandato de su viuda terminó a cara de perro con ella y ahora prepara su retirada.

En resumen, Mauricio Macri acusará hoy recibo por la forma, traumática, de sincerar la maltrecha economía que heredó de Cristina Fernández de Kirchner. Su política de “shock” parece dejar en un segundo plano de la población logros, en tiempo récord, que parecían imposibles hasta hace unos meses: Salir, tras quince años, de la cesación de pagos al pagar a los «fondos buitre», el fin del “cepo” y los variados mercados cambiarios en paralelo, la anulación de los impuestos previos a la mayoría de las exportaciones y el resto de las medidas para tratar de atraer inversión y lograr que Argentina se suba al tren de la recuperación, no son comprendidas por una sociedad que le duele el bolsillo y tiene dificultades por llegar a fin de mes.

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