La posible llegada de refugiados afganos divide a Francia
A ocho meses de la próxima campaña presidencial, el éxodo afgano corre el riesgo de convertirse en un debate de gran calado, nacional y europeo
La llegada de inmigrantes o refugiados afganos comienza a dividir a la sociedad y la clase política francesa, corriendo el riesgo de convertirse en un problema inflamable.
En Francia (67 millones de franceses) residen oficialmente unos 45.000 afganos , gozando de los correspondientes papeles y certificados de residentes oficiales. Otros 55.000 afganos vivirían desperdigados entre la periferia de París y las grandes ciudades de provincias, en unas condiciones administrativas «irregulares».
Según el Alto Comisariado de las Naciones Unidas, en Francia residen oficialmente unos 370.000 refugiados de muy diversa nacionalidad, oficialmente reconocidos. La cifra real de refugiados quizá sea mucho más alta, sin duda. Según la Oficina francesa de protección de refugiados y apátridas (Ofpra), la comunidad afgana es la más importante y está muy dividida.
Tras sus primeros contactos telefónicos con Angela Merkel , Boris Johnson , Joe Biden y Vladimir Putin , Emmanuel Macron se apresuró a anunciar medidas de posible «concertación» entre los aliados europeos, afirmando que Francia estaba dispuesta a «asumir» sus responsabilidades para «proteger» a los afganos “necesitados de protección”, agregando: «Esto no nos impedirá ser muy firmes ante los tráficos y redes que se benefician de la miseria y el miedo, los tráficos migratorios irregulares».
La precisión clínica de Macron abrió un debate nacional de fondo: ¿Cuántos refugiados afganos recibirá Francia? ¿Quién y dónde podrán residir?
Según un sondeo publicado por el diario conservador 'Le Figaro', un 68 % de los franceses son hostiles a que sus pueblos y ciudades se «comprometan» a recibir más refugiados afganos.
Alcaldes de izquierda, derecha, centro y ecologistas, se han dicho dispuestos a aceptar la llegada de refugiados afganos. Pero una gran mayoría de los alcaldes franceses guardan un silencio sepulcral. Los grandes partidos de izquierda y derecha, el Gobierno, tratan la crisis con una prudencia excepcional. Mientras que los portavoces del presidente Macron insisten en la dimensión europea del problema.
La diversidad y tensiones entre los afganos de la diáspora, refugiados en Francia, complica el problema de fondo. Una gran mayoría de los 45.000 afganos oficialmente aceptados están perfectamente integrados, residiendo muy mayoritariamente en barrios multiculturales. Sin embargo, en la diáspora afgana hay muchas sensibilidades, que no siempre facilitan el diálogo.
A ocho meses de la próxima campaña presidencial, el éxodo afgano corre el riesgo de convertirse en un debate de gran calado, nacional y europeo.
La línea oficial de Emmanuel Macron sugiere una política equilibrada entre el socorro humanitario de urgencia y las restricciones policiales más estrictas.
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