La matanza en Christchurch ha sacudido la tranquilidad de un país poco acostumbrado a aparecer en los medios internacionales. Salvo los éxitos de los «All Blacks», su afamado equipo nacional de rugby, Nueva Zelanda casi nunca es noticia.
Para encontrar una tragedia de esta magnitud hay que remontarse a 1943, en plena II Guerra Mundial, cuando guardias de un campamento de prisioneros mataron a 48 japoneses durante un tumulto, en el que murió también un soldado neozelandés.
Según los últimos datos censales disponibles, en 2013 había 46.149 musulmanes , algo más del 1% de los 4,2 millones de habitantes que había ese año en el país.
Un senador australiano de derecha radical, Fraser Anning , aseguró este viernes que el atentado a las mezquitas pone de manifiesto el «miedo a la creciente presencia musulmana», afirmación que recibió una cascada de críticas.
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