La perspectiva de un empate técnico entre Petro y Hernández siembra el temor de algaradas en Colombia

La segunda vuelta de las presidenciales colombianas podría dar como vencedor por primera vez a un candidato de izquierda

Elecciones en Colombia: Petro, ¿el poder del cambio que necesita el país?

Rodolfo Hernández, ¿un 'outsider' en la presidencia de Colombia?

REUTERS

Poly Martínez

Hoy los colombianos eligen el cambio. ¿Pero cuál y a qué coste? A mano izquierda, Gustavo Petro (en primera vuelta logró 8.527.768 votos), líder de la coalición de izquierda Pacto Histórico , repitente candidato presidencial, senador, exalcalde de Bogotá y, de ser elegido, el primer mandatario de izquierda y exguerrillero que tiene Colombia , un país históricamente receloso de una opción democrática con ese cariz político.

En la otra mano, Rodolfo Hernández (en primera vuelta logró 5.953.209 votos), un exitoso constructor, exalcalde de Bucaramanga , con una carrera política intermitente y apegada a su región; un aparecido en el escenario político nacional que se ha convertido en la figura disruptiva que puede arrebatarle a Petro la Casa de Nariño. Hernández concentra hoy parte del respaldo de quienes están hastiados de la clase política tradicional y el pleno apoyo de los huérfanos de la derecha que ven en él la encarnación del lema «cualquiera menos Petro».

En el país hay tensión y expectativa pues las encuestas insisten en un empate técnico. A esto se suma el temor a que el perdedor no reconozca el triunfo y sus seguidores decidan recuperar en la calle lo que perdió en las urnas . Las dudas no son infundadas: en marzo pasado hubo manipulación de votos y el otrora buen nombre de la Registraduría quedó marcado y sujeto al seguimiento de 50 organizaciones de veeduría, miles de testigos inscritos y ocho misiones internacionales, entre técnicas y electorales, que verificarán la transparencia en las 12.263 mesas dispuestas para los casi 39 millones de votantes potenciales.

Colombia necesita una renovación , nadie lo duda. ¿Pero qué tan factible es? Tres expertos en temas de economía, paz y seguridad, y agenda internacional valoran los programas de campaña de los candidatos:

El ajuste inevitable

Para Jorge Restrepo , profesor de Economía de la Universidad Javeriana, «los dos programas se caracterizan por el voluntarismo en la política económica, no están diseñados para acomodarse al trámite institucional. Son programas radicales , en ese sentido, que requerirían reformas constitucionales o políticas de gran calado; están diseñados para ganar elecciones, más que para gobernar con ellos». Y sentencia: «Gane el que sea, cabe esperar que gobierne a través de medidas administrativas», cosa que las calificadoras extranjeras señalan ya como un gran riego.

En materia fiscal, «Petro propone altísimos niveles de tributación , particularmente para las personas de altos ingresos, con propiedades de alto valor o dueñas de empresas. Pero la política de Petro también plantea un aumento significativo del gasto. Así, su prometida política de consolidación fiscal no logra cuadrar los números entre tributos y gasto. Es una política muy riesgosa y poco viable». En el caso de Hernández, «plantea estabilidad tributaria y una austeridad draconiana que llevaría a una recesión. En términos de gasto público, tiene un sesgo regresivo; propone eliminar el impuesto al valor agregado y sustituirlo por uno al consumo, cosa que traería una insoportable carga a los consumidores. Es inviable y tiene el típico diseño demagógico útil para ganar elecciones».

«Ambas propuestas plantean una política proteccionista –afirma Restrepo-, contraria a la inversión extranjera directa. Tienen un sesgo nacionalista, en mayor medida la de Hernández, que suponen un giro de 180 grados en la estructura productiva colombiana. Eso es lo más preocupante pues las medidas proteccionistas sí se pueden aplicar sin la aprobación del Congreso».

Paz y seguridad

María Victoria Llorente , directora ejecutiva de Ideas para la Paz, principal centro de pensamiento en la materia de seguridad y paz analiza las propuestas en frente a esos dos factores cruciales para la estabilidad de Colombia: «Petro quiere hacer muchas cosas, con una agenda grandilocuente : algo así como refundar la fuerza pública, y reemplazar el concepto del enemigo interno por lo que llama seguridad humana. Plantea reformas poco novedosas, como sacar a la Policía del Ministerio de Defensa, democratizar los ascensos y replantear la justicia penal militar, agenda clásica de la izquierda para el sector. Su margen de maniobra es estrecho y para gobernar, el Pacto Histórico necesita establecer una relación decente con las fuerzas militares».

«Hernández es conjunto vacío» , continúa. «En su programa tiene un capítulo sobre seguridad, muy tradicional, como de los años 80. No tiene propuestas estratégicas. Habla de corrupción, pero no sobre la existente en la fuerza pública. Se limita a temas de bienestar, mejores equipamientos, poco más. Mi conclusión, desconoce el desafío territorial y no parece interesarle».

«En materia de paz , el programa de Petro incluye transversalmente el Acuerdo y señala la necesidad de que se implemente integralmente. Su planteamiento del perdón social implica procesos con la guerrilla del ELN y con disidencias de las FARC , pero no dice cómo va al llevar a estos grupos al sometimiento. Hernández, por su parte, solo menciona una vez el Acuerdo, y dice que cumplirá con el cronograma, evidencia de que lo desconoce. Por último, en materia de drogas , en su grandilocuencia, Petro promete el cambio de paradigma, mientras Hernández va salpicando su programa con temas diversos, incluidos centros de consumo controlados y una aproximación simplista de sustitución de cultivos».

Frente internacional

Camilo Reyes , excanciller y exembajador ante Estados Unidos, ante el vacío de política exterior en el programa de Hernández, más allá de reestablecer las relaciones con Venezuela, centra su análisis en las propuestas de Petro y le fija prioridades, de llegar al Gobierno:

«Con los Estados Unidos : se puede plantear un relanzamiento de la deteriorada relación haciendo énfasis en tres elementos: retomar el énfasis en el Acuerdo de Paz , en la sustitución de cultivos voluntaria y en la cooperación para los próximos 10 años de implementación del Acuerdo. El segundo elemento, reconocer que volvemos a tener un problema de diáspora hacia Estados Unidos y se debe afrontar. Y el tercer punto, aprovechar la decisión de implementar el estatuto de protección de los venezolanos para incrementar las cooperación bilateral y multilateral . En resumidas cuentas, generar una sinergia que combine la revisión de la relación con EE.UU. y una reapertura de la relación con Venezuela, como lo promete el candidato. Hernández también se ha referido a reanudar las relaciones con el vecino país, pero su programa no tiene una agenda de política exterior que permita mayor análisis».

Lo cierto es que sea quien sea el nuevo presidente, el nuevo Gobierno tiene que ver cómo vuelve a generar espacios de cooperación, diálogo y concertación a nivel regional y subregional. Tenemos que recuperar los mecanismos de diálogo en América Latina, en especial en América del Sur, donde todo está dividido y deteriorado.

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