Los partidos de la familia Le Pen sospechosos de comportamientos crapulosos

El Frente Nacional (FN) y Agrupación Nacional (AN), fundados y presididos por Jean-Marie y Marine Le Pen, se han estado financiando ilegalmente desde 2014

La diputada Marine Le Pen habla durante una sesión de preguntas al Gobierno en la Asamblea Nacional Francesa AFP

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La justicia sospecha que los sucesivos partidos de la extrema derecha francesa, Frente Nacional (FN) y Agrupación Nacional (AN), fundados y presididos por Jean-Marie y Marine Le Pen , se han estado financiando ilegalmente desde 2014 cometiendo posibles delitos de estafa y apropiación indebida de bienes y fondos del Estado.

La tarde del miércoles día 7 de noviembre comenzó el proceso de siete amigos íntimos de la familia Le Pen, miembros importantes del FN, primero, y AN, después, con muchos antecedentes entre todas las familias de la extrema derecha francesa, de los grupos violentos y neonazis de los años 70 del siglo pasado a los tesoreros y contables de las cuentas de varios partidos, grupúsculos y asociaciones «empresariales» utilizadas por la familia Le Pen para financiar sus actividades políticas.

Jean-Marie y Marine Le Pen todavía no figuran como beneficiarios «directos», «personales», de las actividades presumidamente crapulosas de sus amigos personales y colaboradores políticos más íntimos, al frente de un lucrativo «consorcio» político y empresarial destinado a estafar al Estado, en beneficio del FN y AN.

Frédéric Châtillon, Axel Loustau, Jean-François Jalkh y Walleard de Saint-Just son los principales acusados de un proceso que debe prolongarse hasta primeros de diciembre, acusados de estar al frente de un «micropartido» y una empresa de «prestación de servicios electorales» que permitió al FN y AN cobrar donaciones y subvenciones legales e ilegales en beneficio del FN y la AN en las campañas de las elecciones municipales y europeas de 2014, las presidenciales y legislativas de 2017, las departamentales de 2018 y las europeas del 2019.

Los amigos personales y colaboradores políticos más íntimos de Jean-Marie y Marine Le Pen crearon un micropartido, «Jeanne», y una empresa de prestación de servicios electorales, «Riwal», con una «rentabilidad» financiera, legal e ilegal muy alta. Los candidatos que deseaban presentarse en las listas de la extrema derecha debían comprar al precio más alto un kit electoral (fotos, programas, carteles), fabricado «expresamente» para ellos. Y los sucesivos partidos de la familia Le Pen podía recibir subvenciones legales (del Estado) y mucho más vidriosas (de donantes no siempre bien identificados), culpables de presuntos delitos de estafa y abusos sociales de fondos económicos del Estado.

En el núcleo duro de ese sofisticado sistema de financiación ilegal de actividades presuntamente crapulosas se encuentran íntimos de la familia Le Pen de más diversas familias de la extrema derecha.

Frédéric Chatillon, amigo íntimo de Marine Le Pen, militó durante muchos años en el GUP (Grupo Unión Defensa), un grupúsculo neonazi sin miedo a la violencia. Wallerand de Saint-Just, tesorero de AN, el partido de Marine Le Pen, acompaña a Jean-Marie Le Pen desde 1972, cuando varios grupúsculos neonazis decidieron unirse en un partido único, el Frente Nacional, que Marine Le Pen decidió refundar el 2018, dándole otro nombre, Agrupación Nacional, asumiendo como propia la historia del difunto FN.

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