Otra menor fallece por negligencia de los servicios médicos de Cuba

Su madre, Yaíma Caballero Peralta, relató que el lunes 7 de octubre, a las diez de la mañana, Paloma recibió la vacuna y «dos horas después comenzó la pesadilla»

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Jorge Enrique Rodríguez

En la noche del pasado 9 de octubre falleció la menor de un año de edad Paloma Domínguez Caballero , apenas 72 horas después de haber sido vacunada triple viral PRS en el centro médico Betancourt Neninger, en Alamar, al este de La Habana.

Su madre, Yaíma Caballero Peralta , relató que el lunes 7 de octubre, a las diez de la mañana, Paloma recibió la vacuna y «dos horas después comenzó la pesadilla» que desencadenó en un cuadro clínico complicado que le costaría la vida

«Mi nene nunca se había enfermado ni de catarro. Ella no sabía lo que era estar enferma ni una fiebre. Ella solo conoció lo que era la felicidad. La vacuna según ellos era contra todas las enfermedades … me la mataron, ¿y tengo que conformarme con eso?»; denunció Caballero Peralta.

La vacuna triple viral PRS se recibe contra las Parotiditis, la Rubéola y el Sarampión, la cual se aplica en bebés de doce meses, niños y adolescentes.

Solo después de las presiones y denuncias que se hicieron virales , tanto de los padres de Paloma Domínguez Caballero como desde la prensa independiente en la Isla, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) publicó una nota, el 12 de octubre, que informaba sobre una comisión creada para investigar lo que catalogó de «lamentable suceso».

Según admitió el MINSAP otros tres menores de un año de edad que entre el 7 y el 8 de octubre recibieron la misma vacuna en el centro Betancourt Neninger también habían presentado «eventos adversos asociado a la vacunación PRS».

«La vacuna PRS se ha usado durante años en Cuba, se importa desde la India , está avalada por la Organización Mundial de la Salud y certificada por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos»; explicó el MINSAP en la nota publicada en el oficialista diario «Granma», donde se añadía que una comisión «investiga las causas que ocasionaron este lamentable suceso».

En la inadmisible muerte de Paloma Domínguez Caballero se revela la decadencia de un sistema de salud que el propio régimen cubano ha desangrado con el tráfico de sus servicios médicos , técnicos y profesionales de la salud hacia presuntas «misiones internacionalistas» que, finalmente desencadenaron en el escándalo de Más Médicos, un negocio entre la presidencia de Dilma Ruseff y el régimen de la Isla.

Las muertes por negligencias médicas en hospitales cubanos no constituyen un hecho aislado . Especialistas consultados refieren que estas ocurren por «falta de recurrentes legales, silencio administrativo y connivencia profesional».

Durante los últimos años varios casos de estas muertes por mala praxis de los profesionales médicos han involucrado a menores de edad.

Entre los casos que más trascendieron se encuentran el de Joan Marcos Martínez González, en el materno infantil de Diez de octubre, La Habana. A causa de la desatención médica en las labores de parto a Isdelaide González Llorente se le llenaron los pulmones de líquido amniótico meconial , provocándole un edema cerebral. Al mes de su muerte, a sus padres le dieron los resultados de necropsia con el dictamen de «defunción neonatal precoz».

Su padre Joan Martínez Benítez denunció la manipulación de la historia clínica para eliminar evidencia. Hasta el momento no han recibido respuesta de la presunta investigación sobre estos hechos.

En diciembre de 2018, Luciano Daquin Vicario, de apenas cuatro meses de nacido, falleció en el Hospital Pediátrico Infantil Sur, Santiago de Cuba, a consecuencia de un paro respiratorio después de un abordaje por la arteria subclavia practicado sin el consentimiento de la madre. La maniobra provocó que llegara sangre a los pulmones del bebé, provocándole un neumotórax.

La doctora Isabel Cristina Cabello López aún espera respuesta de una investigación sobre la muerte de su hija y nieta.

Mientras cumplía misión médica en Venezuela , debido a una negligencia médica en el materno Arnaldo Milián, en Santa Clara, perdió a su hija de 18 años de edad y a su nieta por una cesárea mal practicada en marzo de 2015.

El ex ministro de Salud Pública, Roberto Morales Ojeda, le respondió: « no cuestiones más », ante las reiteradas exigencias de Cabello López, durante cuatro años, para determinar justicia a su hija y nieta.

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