ELECCIONES EN CUBA

«Mientras el Partido Comunista sea el único partido, todo será lo mismo en Cuba»

La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) elige este jueves los restituidos cargos de presidente y vicepresidente de la Isla

El Presidente del Consejo de Estado de Cuba, Miguel Día-Canel AFP

Jorge Enrique Rodríguez

«El problema de Cuba no es la persona que ocupe el sillón presidencial, sino la continuidad del Partido Comunista [PCC] tras el poder del país»; aseveró Gustavo Alfonso Fariñas, chofer de un taxi privado en La Habana, para zanjar la discusión de varios pasajeros sobre quién saldría electo este jueves como presidente de la Isla.

La conclusión de este chofer dejaría por finalizado cualquier debate respecto a los resultados del sufragio -para los cargos de presidente y vicepresidente de la República- que, supuestamente, decidirán los votos de los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) este 10 de octubre.

Y es que ningún cambio en la Isla estará garantizado mientras la propia Constitución reconozca, en su Artículo 5, que, «El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado».

La convocatoria para la presunta votación, en sesión extraordinaria, fue publicada este lunes en el diario oficial Granma, apenas con 72 horas de antelación a su realización y en medio de una aguda crisis económica y financiera que el régimen cubano ha catalogado de «coyuntural».

El nombre oficial del máximo cargo en el país, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, fue impuesto en los cambios constitucionales al estilo soviético impuestos por el fallecido dictador Fidel Castro, en el año 1976, imponiéndose legalmente las jefaturas del Estado y del Gobierno.

Simulacro

La Carta Magna promulgada por el régimen en la Isla en diciembre de 2018 y la Ley Electoral de julio de 2019, en un simulacro de cambio a sesenta años de inmovilismo, restituyeron los cargos de presidente y vicepresidente de la República.

Sin embargo, ningún proceso eleccionario en el país será vinculante a un cambio, social, político, cultural ni económico, mientras el objeto mismo de esa propia elección no contenga la existencia y aprobación de otros partidos políticos, y no la continuidad de un parlamento unicameral -la ANPP- que, a su vez, históricamente aprueba por unanimidad todo mandamiento del PCC.

Que el actual jefe de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, sea designado por la ANPP como presidente de la República o no, apenas responderá a cambio alguno, sino a los mandamientos del verdadero poder en la Isla. En su discurso de investidura, el 19 de abril de 2018, el propio Díaz-Canel confirmó:

«[…] Le afirmo a esta Asamblea, órgano supremo del poder del Estado, que el compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz como Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y el futuro de la nación».

El único cambio real, en las calles habaneras, quedaron en las palabras que un taxista privado, como Gustavo Alfonso Fariñas, regaló a sus pasajeros: «mientras el Partido Comunista sea el único partido, todo será más de lo mismo en Cuba».

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