Un nuevo acuerdo desbloquea la evacuación del este de Alepo

Después de 24 horas de suspensión y de acusaciones mutuas sobre la violación del acuerdo de evacuación, los autobuses verdes volvieron a ponerse en marcha en los barrios orientales de Alepo. La larga fila de vehículos reinició una operación que pone fin a cuatro años de guerra en Alepo y que ha vuelto a demostrar la complejidad del conflicto donde chocan las agendas de las potencias mundiales y regionales. El acuerdo que el martes sellaron opositores y Rusia, con la mediación de Turquía, se ha tenido que cambiar en dos ocasiones para que todas las partes den su visto bueno... pero podría tener que alterarse de nuevo debido a la enorme desconfianza existente. Esto ha provocado que en lugar de una, ahora estén abiertas en Siria cinco evacuaciones simultáneas, lo que significa que debido a los problemas logísticos serán necesarios «varios días» para terminar el proceso.

Además del este de Alepo, donde se respeta el alto el fuego y de donde ya han salido unas 9.000 personas aunque quedan otras 40.000, Irán ha logrado el levantamiento temporal del cerco impuesto por los opositores que sufren las aldeas chiíes de Foa y Kafraya, en la provincia de Idlib, para evacuar a 4.000 enfermos y heridos con sus familias. En estos lugares viven unas 20.000 personas y reciben los alimentos y medicinas desde el aire.

Pese a las discrepancias entre Ahrar Al Sham y el Frente Fatah Al Sham, brazo de Al Qaida en Siria, finalmente se desbloqueó la situación. Lo que ha permitido que el Gobierno acceda a una situación similar en Madaya y Zabadani, pueblos cercados por el Ejército, de donde también podrán salir los que precisen atención médica, según adelantó la televisión libanesa Al Mayadín. Estas cuatro localidades sufren cercos desde hace años y, cada vez que se ha pactado la entrega de ayuda humanitaria, también se ha realizado de manera simultánea. Los cercos en Siria se han convertido en una de las armas de guerra más efectivas y la emplean ambas partes.

Impotencia de la ONU

El alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, lamentó que en Siria «las atrocidades se han convertido en algo normal y ya se han perdido demasiadas vidas» y aseguró que «junto con otras organizaciones, estamos haciendo lo que podemos por varios miles de civiles que han sido forzados a huir, pero la acción humanitaria puede hacer poco para protegerlos en estas circunstancias».

El organismo internacional se muestra impotente en un conflicto en el que sus agencias están en el lado gubernamental, apenas tienen acceso a la zona opositora y son simples espectadores de estas evacuaciones donde la única supervisión internacional es la de Rusia.

Las máquinas trabajan ya sin perder un minuto en la retirada de barricadas en partes de Alepo como la Ciudad Vieja. La calle que da a la Mezquita de los Omeyas está despejada y todos esperan la próxima visita de Assad a la segunda ciudad del país.

Al presidente se le ha adelantado el general de la Guardia Revolucionaria iraní, Qasem Soleimani, que se fotografió caminando a los pies de la Ciudadela de Alepo. Solo hay que mirar los eslóganes en las paredes de la primera línea de combate para comprender que sus hombres, junto a Hizbolá, han sido la auténtica punta de lanza en la batalla de Alepo.