La mujer del Netanyahu, imputada por cargar comidas de lujo como gastos oficiales

Según la Fiscalía, Sara Netanyahu gastó 85.ooo euros en restaurantes de lujo violando las normas de la residencia oficial

Sara Netanyahu, en el Parlamento israelí AFP

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En una semana marcada por un nuevo intercambio de golpes en Gaza entre el Ejército israelí y las milicias palestinas y el inicio de los trámites para la aprobación de la «ley mordaza» que prohibirá tomar imágenes de las fuerzas de seguridad en acción, Sara Netanyahu ha eclipsado este jueves el resto de noticias. La Fiscalía acusó formalmente a la mujer del primer ministro, detestada y adorada sin término medio por la sociedad israelí, de «delitos de fraude sistemático y abuso de confianza» por haber cargado «más de 350.000 séqueles (unos 84.000 euros) a los gastos de la residencia oficial entre 2010 y 2013, informó el Ministerio de Justicia.

La primera dama, junto a un asistente del primer ministro que también fue imputado, ocultaron la presencia de cocineros disponibles en la residencia oficial y pidieron comida a servicios de catering de lujo declarándolo como «gasto público». Hace dos meses la Fiscalía trató de llegar a un acuerdo para que Sara devolviera el dinero a cambio de evitar el procesamiento en el bautizado ya como «escándalo de la residencia» por la prensa local, pero ella no aceptó y defendió su inocencia.

El equipo legal de los Netanyahu aseguró que la primera dama «no era consciente de que podía estar cometiendo algún delito» y calificó el procesamiento de «absurdo» y «delirante». Su esposo recurrió a las redes sociales para mostrar apoyo a «una mujer fuerte y honorable que nunca ha cometido un fallo en sus acciones». Opinión distinta de la del fiscal general, Avijai Mandelblit, quien ordenó el procesamiento y lidera las investigaciones de los casos abiertos contra el matrimonio.

Este «escándalo de la residencia» avanza de forma paralela a otros en los que está inmerso el político más importante del país y que afectan también a su esposa, que ya ha sido interrogada en el Caso 4000 o Caso Bezeq. La Policía trata de averiguar si Netanyahu presionó para garantizarse una cobertura informativa favorable por parte de Walla, portal de noticias propiedad de Shaul Elovitch, principal accionista de Bezeq, el gigante de las telecomunicaciones en el país. A cambio, le habrían ofrecido favores gubernamentales que podrían haberle reportado millones de dólares a su compañía, según la prensa local.

De sobornos a fraude

La sombra de la corrupción acorrala al matrimonio Netanyahu y cada vez que se producen avances en alguno de los casos abiertos es tema central de atención para los israelíes. En marzo, la Policía aseguró disponer de pruebas suficientes para inculpar al primer ministro de aceptar «sobornos, de fraude y abuso de confianza».

El dirigente conservador se muestra desafiante y cada vez que se ponen sobre la mesa estas acusaciones aprovecha para proclamar su inocencia y denunciar que es víctima de lo que llama «caza de brujas» , algo que hace extensible a su esposa.

Mientras la oposición espera que la corrupción acabe con la carrera política del primer ministro, este asegura que no solo no piensa dimitir, sino que se presentará a las próximas elecciones, previstas para noviembre de 2019, y las ganará. Y en la foto de la victoria no faltará su inseparable Sara.

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