La mujer más rica de África, acorralada por la corrupción

Isabel Dos Santos, hija del exdictador de Angola, desata una tormenta en Portugal tras aparecer ahorcado en Lisboa su asesor bancario

Francisco Chacón

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La mujer más rica de África, Isabel dos Santos , está provocando un auténtico terremoto en Portugal. Es el país donde ha tejido toda una tela de araña financiera la hija del expresidente de Angola, José Eduardo dos Santos , un dictador que se mantuvo en el poder con mano de hierro durante más de 37 años.

La retirada de escena del tirano por motivos de salud (sufre un cáncer de próstata del que le trata un equipo médico de la clínica Teknon de Barcelona, donde mantiene una mansión en el exclusivo barrio de Pedralbes) conllevó la celebración de unas elecciones ganadas en 2017 por Joao Lourenço . Y desde su llegada al poder en la antigua colonia lusa todo ha dado un vuelco para la familia Dos Santos.

Doña Isabel, como la conocen en su entorno cercano, fue designada a dedo por su padre como presidenta de la petrolera nacional, Sonangol, y desde esa posición estableció todo un entramado empresarial, ahora puesto en entredicho por la macroinvestigación llamada « Luanda Leaks », que la señala como cabecilla de una red de blanqueo de dinero en cantidades estratosféricas… mientras el pueblo angolano languidecía como uno de los más pobres del continente y la inflación desmesurada convertía la capital del país en la ciudad más cara del mundo.

Joao Lourenço la fulminó de la empresa estatal y cada vez resulta más evidente que la enorme riqueza de esta mujer no responde a un origen lícito. Hasta su hermana acaba de terciar en la polvareda levantada pidiéndole que devuelva, como mínimo, 70 millones de euros que resultaron saqueados del erario público para su lucro personal.

Beneficiada por su posición privilegiada en Sonangol y por la facturación de su empresa suiza de joyas De Grisogono, su fortuna asciende a unos 2.000 millones de euros . Y le encanta realizar transferencias millonarias, como las que viene ejecutando en los últimos días, desde que su imperio de 400 empresas se encuentra en la picota.

Lo mismo ordena un trasvase de 80 millones de euros que se compra un «apartamento» en Montecarlo por 50 millones. Y se trata solo de dos simples muestras, al tiempo que las compañías bajo su control se aprovecharon durante años de los contratos públicos autorizados por su padre, por no hablar de las ventajas fiscales, las licencias de telecomunicaciones y los derechos para poder extraer diamantes.

Después de Angola, es Portugal el «campo de operaciones» más extenso para sus oscuras actividades, retratadas en los acontecimientos que vienen sucediéndose de forma extraña y sospechosa en Lisboa este mes de enero.

Su asesor bancario, Nuno Ribeiro da Cunha , apareció ahorcado en el garaje de su domicilio de Restelo, cerca de Belém, en medio de un manto de misterio. Aconteció solo unas horas antes de que ella misma visitara la ciudad para una reunión fugaz, paso previo para subirse a un avión utilizando su pasaporte ruso (pues no puede olvidarse que su lugar de nacimiento fue Bakú, la capital de Azerbaiyán, en la época en que pertenecía a la Unión Soviética).

Enredo de película

Un enredo de película cuyas ramificaciones testimonian aquello de «la realidad supera a la ficción» y que, de paso, se ha llevado por delante a Fernando Teixeira da Costa como director del banco EuroBic, del que Doña Isabel es la principal accionista.

La teleoperadora NOS, la empresa líder de carburantes Galp y la energética Efacec constituyen otros vértices del opaco conglomerado que ha estado nutriendo sus cuentas personales. Igualmente, había ido diseñando un árbol para lavar las ingentes cantidades de dinero procedentes de las elevadas comisiones que cobraba a quienes deseaban hacer negocios en Angola.

El escándalo está servido porque resulta muy difícil de creer que sus andanzas empresariales no se llevasen a cabo sin, al menos, el silencio de las autoridades financieras del país vecino. Así lo ha denunciado la exeurodiputada socialista Ana Gomes, quien ha llegado a pedir la dimisión de Carlos Costa, el presidente del Banco de Portugal.

Son 715.000 los documentos confidenciales que ha sacado a la luz la investigación periodística internacional, aunque Doña Isabel se defiende argumentando que se trata de una persecución contra ella. Todo cambió para Isabel dos Santos a finales del año pasado, cuando un tribunal de Luanda dictaminó congelar cautelarmente todos sus bienes ante los indicios de corrupción.

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