Muere el hijo del líder de Daesh en un atentado suicida

Al Badri pereció en combate contra el Ejército sirio y los rusos, según el grupo yihadista

Anuncio de Daesh de la muerte de Hudayfa Al Badri, hijdo del «califa» Abu Baker Al Bagdadi ABC

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«Hudayfa Al Badri, hijo del califa, murió en una operación suicida». Este fue el mensaje difundido por los canales tradicionales del grupo yihadista Daesh para informar de la muerte de uno de los hijos de Abu Baker Al Bagdadi . El pequeño aparece armado con un fusil, vestido de militar y en el rostro se le dibuja una media sonrisa. La esquela es similar a la que el grupo ha difundido en el pasado con otros combatientes caídos, sin prestarle una atención especial aunque se trate de uno de los hijos del máximo responsable de la organización.

Siete meses después de que Irak y Siria proclamasen la victoria sobre el califato , la muerte de su hijo supone la primera noticia referente al desaparecido «califa». Según el mensaje de Daesh, Hudayfa murió en una operación suicida en pleno combate contra el Ejército sirio y sus aliados rusos en una central eléctrica de la provincia de Homs , en el centro del país. En esta parte de Siria Daesh ha tenido fuerte presencia y logró hacerse con el control del desierto desde Palmira hasta Deir Ezzor , en la frontera con Irak.

La incógnita del paradero del «califa» Al Bagdadi

Este anuncio de la muerte de un hijo del califa reabrió el debate sobre el paradero de Al Bagdadi. El 16 de junio del pasado año, el Ministerio de Defensa ruso dijo que podría haber muerto en un bombardeo de su aviación al sur de Raqa, que era capital siria del califato, pero el grupo nunca lo confirmó y Estados Unidos tampoco dio credibilidad a la información rusa.

Tras la caída del califato, los combates no han cesado a lo largo del desierto que separa Irak de Siria y un responsable de inteligencia iraquí consultado por la agencia France Press aseguró hace un mes que el líder del grupo estaría en suelo sirio y que «se desplaza acompañado de cuatro o cinco personas», incluidos «su hijo y su yerno».

Estados Unidos ofrece una recompensa de 25 millones de dólares por la cabeza de esta mezcla de líder religioso y militar, cuyo nombre verdadero es Ibrahim Al Samarrai y que en junio de 2014 se autoproclamó califa del califato establecido por Daesh entre Siria e Irak.

De ese verano datan las únicas imágenes que se han fundido de él, cuando dirigió la oración del viernes en la mezquita Al Nouri, en Mosul, para pedir a los musulmanes de todo el mundo «obediencia».

Apodado «el califa invisible» por su clandestinidad casi absoluta, su último mensaje de voz se difundió en septiembre para animar a «los soldados del califato» a seguir con la lucha tras las derrotas sufridas. Desde entonces todo son incógnitas.

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