Angela Merkel y Mauricio Macri, durante la visita de la canciller alemana a Argentina
Angela Merkel y Mauricio Macri, durante la visita de la canciller alemana a Argentina - AFP

Merkel ratifica el liderazgo de Macri

El presidente de Argentina encontró en la canciller alemana un apoyo firme para el ingreso de su país en la OCDE

Corresponsal en Buenos Aires Actualizado: Guardar
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La visita de Angela Merkel a Argentina confirmó su interés —y defensa— por el liderazgo de Mauricio Macri en la región. La canciller alemana aprovechó para comprobar, sobre el terreno, en qué momento se encuentran las inversiones de su país y de paso, cómo pasarle el testigo del G-20 a Argentina, anfitrión a partir de enero de este selecto club de naciones.

Macri encontró en Merkel un apoyo firme para el ingreso de Argentina en la OCDE así como una voluntad de hierro para lograr «ratificar rapidamente» un acuerdo entre la Unión Europa y el Mercosur (Mercado Común Suramericano). Ambos dirigentes manifestaron su convencimiento de que, después de casi dos décadas de negociaciones fracasadas, el consenso está a la vuelta de la esquina o dicho de otro modo, se concretará en diciembre si todo sigue según lo previsto.

El presidente de Argentina hizo públicas sus sospechas de que los obstáculos o flecos más difíciles a sortear en ese acuerdo no los levantará, como antes, ni su país ni Brasil, principales socios de Mercosur, sino Europa con su «proteccionismo» en alusión a Francia, fundamentalmente, al tratarse del país que más trabas pone en materia agrícola.

El presidente de Argentina insistió: «Necesitamos un esquema de comercio bilateral que sea justo y desarrolle las capacidades cada país». Dicho esto, le hizo un guiño a Merkel: «Europa es el socio natural de América Latina». La canciller, por su parte, advirtió que «las negociaciones son y seguirán siendo duras» y que «habrá que ceder por ambas partes».

Merkel y Macri, frente a la prensa, hicieron un elogio de la globalización y el libre mercado. La alemana insistió en que ambas corrientes desembocan en «crecimiento y más puestos de trabajo» pero destacó que deben afrontarse sin olvidar «el cariz humano». En este sentido, el argentino puso sobre la mesa el «desafío» de la «revolución tecnológica» que, en simultáneo, provocará la desaparición de ciertos empleos pero generará otros nuevos.

Como era de esperar, el contraste entre la Administración de Cristina Fernández (sin mencionarla) y la actual se ilustra, en palabras de Merkel, con «políticas de aislamientos que dan resultado, en algunos casos, a corto plazo (las del kirchnerismo) y otras de largo plazo» que son, como las de Macri, efectivas y terminan generando, pese a los sacrificios, mayor bienestar en la población. Con un «alto grado de coincidencias» con Macri, la canciller reconoció el esfuerzo realizado por el Gobierno argentino en «la apertura» y el «fortalecimiento de las relaciones con los países del mundo».

Durante sus Gobiernos Merkel visitó Sudamérica en tres ocasiones y eligió Brasil, Perú y Colombia como destinos preferentes pero evitó Argentina. Lo resolvió en un viaje relámpago porque, «tenemos conexiones y mayor confianza con un presidente como Mauricio Macri. Observamos —añadió— que hay transparencia en las licitaciones y en la gestión». Necesitado de inversiones y con no pocas dificultades para recuperar la economía, terminar con la inflación (en torno al 21 por ciento) y reducir los niveles de pobreza (más del 30 por ciento), la palabras de Merkel le sonaron a Mauricio Macri a música celestial

El cambio de rumbo en la ruta Merkel por el sur de América supone un nuevo espaldarazo para él. El presidente de Argentina, en año y medio de gestión, se ha entrevistado con 15 presidentes, incluido Donald Trump, con el que mantiene, a diferencia de la alemana, una relación cordial.

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