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Vídeo: Obama visita Pearl Harbor junto a Shinzo Abe - Europa Press

La memoria histórica aviva los nacionalismos en Asia

Pese a la visita del primer ministro japonés a Pearl Harbor, Tokio tiene frentes abiertos con China y Corea del Sur

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Estados Unidos y Japón cierran sus heridas de la II Guerra Mundial. con la visita del primer ministro nipón, Shinzo Abe, a Pearl Harbor. Pero Tokio tiene otros frentes abiertos con sus vecinos, sobre todo China y Corea del Sur, por su ocupación de Asia durante la contienda. Arrastrando agravios del pasado y disputas territoriales, tan dolorosa memoria histórica está avivando los nacionalismos en el Lejano Oriente.

En China, donde el Ejército imperial japonés aniquiló en solo seis semanas de 1937 a entre 150.000 y 300.000 personas en Nankín, se cuestionan las disculpas de Abe. A esa masacre se suman las atrocidades de la Unidad 731 de Harbin, donde científicos japoneses usaron a prisioneros de guerra y a 3.000 civiles para experimentar con armas químicas y biológicas como si fueran cobayas humanas, y el drama de las «mujeres del consuelo».

Así se conoce a las 200.000 mujeres chinas, coreanas, taiwanesas, filipinas e indonesias que el Ejército nipón usó como esclavas sexuales en prostíbulos para la tropa.

Los dirigentes japoneses han repetido en sus discursos su «profundo arrepentimiento» por estos hechos, pagando indemnizaciones millonarias a las «mujeres del consuelo» surcoreanas. Pero sus vecinos echan en falta gestos como el del excanciller alemán Willy Brandt cuando hincó sus rodillas ante un mausoleo por las víctimas del nazismo.

Loas al imperialismo

Tampoco ayudan los museos y libros de texto que justifican el imperialismo nipón ni las peregrinaciones de sus políticos, como Abe en 2013, al santuario de Yasukuni, donde se honran las almas de los caídos en acto de servicio por Japón, entre ellos criminales de guerra. Además, les enfrentan disputas marítimas, ya que Pekín reclama a Tokio las islas Senkaku (Diaoyu en mandarín), y Japón reivindica los islotes de Takeshima, controlados desde 1952 por Corea del Sur bajo el nombre de Dokdo.

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