Matteo Renzi, en apuros por los turbios negocios de su padre

Un nuevo escándalo de corrupción sacude a Italia. Sus pilares: un sistema de poder y presiones, encuentros secretos y amenazas de chantaje. Este inquietante cuadro emerge de las nuevas investigaciones realizadas por la fiscalía de Nápoles y Roma sobre Tiziano Renzi, padre del ex primer ministro Matteo Renzi, así como sobre el empresario farmacéutico Carlo Russo y el hombre de negocios napolitano Alfredo Romeo.

Romeo fue detenido el miércoles acusado de una «sistemática labor de corrupción» por presuntos favores recibidos de políticos y empresarios mediante presiones. Tiziano Renzi y Carlo Russo están investigados por presunto tráfico ilegal de influencias, al igual que el ministro de Deportes, Luca Lotti, estrecho amigo y colaborador del ex primer ministro Renzi. El hecho de que aparezca su progenitor envuelto en todos estos turbios negocios debilita la posición de Matteo Renzi.

La situación política de este queda así muy debilitada, justo cuando se enfrenta a la división de su partido mientras intenta adelantar las elecciones para regresar al gobierno.

La hipótesis de los fiscales es que Romeo, desde el miércoles en la cárcel de Nápoles, se puso de acuerdo con Carlo Russo y Tiziano Renzi para utilizar sus relaciones personales y beneficiarse de un presunto tráfico ilegal de influencias.

La investigación subraya que Tiziano Renzi habría hecho pagar por sus «favores» a Romeo con «sumas mensuales de dinero». Se especula, en base a algunos escritos de la investigación, que la cifra ofrecida a Tiziano Renzi fue de 30.000 euros mensuales, dato que el padre del ex primer ministro niega de forma rotunda. En los medios ya se habla del «sistema Alfredo Romeo», basado en sobornos para obtener apoyos de la alta política. Romeo hizo una donación de 60.000 euros a la Asociación Open de Matteo Renzi.

Contratos públicos

Según las investigaciones judiciales, ese poderoso tráfico de influencias se puso en marcha para controlar varios de los contratos públicos de Consip, sociedad del Ministerio de Economía encargada de la adquisición de bienes y servicios para la administración pública. En juego había contratos por valor de 2.700 millones de euros. El consejero delegado de Consip, Luigi Marroni, hombre de Matteo Renzi, hizo una grave revelación a los fiscales napolitanos sobre las presiones recibidas por parte del padre del ex primer ministro: «El empresario Carlo Russo me pidió intervenir sobre los comisarios que controlaban la concesión de los contratos. La petición la hacían en nombre del padre de Matteo Renzi y del parlamentario Denis Berdini», líder de un pequeño partido que daba sus votos al gobierno Renzi.

Según la confesión del consejero delegado de Consip, se le hizo ver que Tiziano Renzi y Denis Verdini «eran árbitros de mi destino personal», dado que ambos podían lograr que se revocara su cargo si no actuaba a favor de una sociedad recomendada por Verdini. Precisamente, ayer este fue condenado a 9 años, además de la prohibición perpetua para cargo público, por la quiebra del banco Crédito Cooperativo Fiorentino, del que fue presidente entre 1990 y 2010.

Estas revelaciones han caído como una bomba en la ya frágil situación política italiana. Nadie oculta que este escándalo puede dañar a Matteo Renzi y condicionar seriamente las inminentes elecciones primarias, a las que concurre el próximo 30 de abril el ex primer ministro. Desde todos los medios se pide que la justicia actúe con rapidez y que Matteo Renzi actúe con la máxima transparencia.