Con la dimisión de Renzi y la ruptura del PD, concluye una etapa política en Italia y aumentará la inestabilidad

En la Dirección del partido de mañana se fijará fecha de congreso en marzo y primarias en abril o mayo. Probablemente elecciones generales en septiembre. Italia verá aumentada su inestabilidad, con repercusiones para Europa

CORRESPONSAL EN ROMA Actualizado: Guardar
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Una nueva fase política comenzará en Italia con la ruptura del Partido Democrático (PD), la fuerza política que ha sido un referente político y social desde su fundación en el 2007. Su secretario general, el exprimer ministro Matteo Renzi, dimitió para dar paso a un congreso y primarias, a las que se presentará con la seguridad de ser reelegido. El adiós definitivo de la minoría de izquierdas del PD, la vieja guardia del ex Partido Comunista Italiano, se esperaba que se hubiera producido ayer. Pero la escisión definitiva puede ser confirmada mañana en la prevista reunión de la Dirección. Lo que hubo ayer en la asamblea nacional, con la participación de unos mil parlamentarios y representantes del partido, fueron muchas palabras, en las que se reflejaron los enfrentamientos personales, odios y la despiadada lucha por el poder.

Al final, tras siete horas de debate, no se confirmó totalmente la ruptura, aunque se daba por hecha tras la nota firmada en la noche por los tres representantes de la minoría que desafiaron a Renzi, al que atacaron e hicieron responsable de la escisión: «En nuestras intervenciones en la asamblea ha habido un enésimo intento de unidad. Y desgraciadamente ha caído en la nada. Está ya claro que Renzi ha elegido el camino de la escisión, asumiéndose así una responsabilidad gravísima».

La minoría y el paso atrás de Renzi

Desde el referéndum del día 4 de diciembre sobre la reforma constitucional, que supuso una tremenda derrota de Renzi, la izquierda del PD quiso que rodara la cabeza del secretario general. No se conformó con su dimisión de primer ministro. Si Renzi hubiera dado un paso atrás se hubiera evitado la ruptura. Pero el exprimer ministro les acusó de chantaje: «solo hay una palabra peor que la escisión: la palabra chantaje», respondió Renzi a la minoría.

En la reunión de la Dirección de mañana se decidirá la fecha del Congreso, probablemente entre el y 12 de marzo, y después habrá primarias el 9 de abril o el 7 de mayo. Matteo Renzi tiene el control del PD y espera ser reelegido secretario general para afrontar como líder del PD las elecciones administrativas de junio, seguramente el 11. Un mal resultado en estos comicios regionales hubiera hecho más difícil la reelección de Renzi, que verá así despejado el camino para ser candidato en las elecciones generales, que muy probablemente serán en septiembre, con un adelanto de unos cinco meses sobre el final de la legislatura (febrero 2018). Cabe esperar, dada la ley electoral italiana, que de las urnas saldrá una parlamento muy fragmentado, con dificultad para formar gobierno.

Todos pierden con la ruptura

Esta ruptura del PD no la entiende el país, pues se hace por odios personales y viejas luchas intestinas en el partido. La vieja guardia del ex PCI, encabezada por Massimo D’ Dalema, exprimer ministro, y Pier Luigi Bersani, exsecretario general y excandidato premier, no soportaban que el exalcalde de Florencia, Matteo Renzi, con raíces democristianas, se hiciera con las riendas del partido. De ellos es la responsabilidad de la ruptura y, por supuesto, de forma particular también de Matteo Renzi, porque no ha sabido mantener unidas las dos ánimas del Partido Democrático, fuerza política que nació en el 2007, fruto del Olivo, que unió excomunistas y exdemocristianos, con la aspiración de ser un partido reformista y progresista. Ese partido está hoy muerto.

Todos salen perdiendo con la ruptura. El PD perderá la hegemonía de partido mayoritario en Italia, que pasará al Movimiento 5 Estrellas de Grillo. Las expectativas de voto para la minoría escindida del PD son de un 6,5 %, según los sondeos. Todos echan sus cuentas. La minoría del PD tiene ya nombre: Nueva Izquierda. Se espera que de inmediato surjan nuevos grupos parlamentarios, tras la escisión. De los 113 senadores con que cuenta el PD, unos 20 podrían abandonar el partido, y otros 40 diputados de la Cámara entre un total de 330.

Inestabilidad política

El gobierno Gentiloni será más débil tras la escisión. Seguirá teniendo clara mayoría en la Cámara, pero no así en el Senado, con riesgo de parálisis. En medio de un tenso de debate, en el que era evidente el muro contra muro, solo hubo un personaje capaz de sobrevolar con gran altura política y obtener el aplauso unánime, Walter Veltroni, exalcalde de Roma, exsecretario del PD y excandidato a premier, quien hizo un llamamiento a la unidad del partido: «La izquierda, cuando se ha dividido, se ha hecho mal así misma y al país». Ahora habría que añadir que la ruptura del PD puede hacer daño también a Europa, porque puede abrir paso al Movimiento 5 Estrellas, añadiendo inestabilidad a Italia y a la Unión Europea.

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