Manuel Valls, la esperanza de Ciudadanos para Barcelona que no tiene amigos ni aliados en Francia

Hace meses, Valls esperaba que Macron le ofreciese un «puesto», un «ministerio», algún «cargo» a la altura de «importancia política». A día de hoy, Macron no ha ofrecido a Valls nada

Vídeo: Cs aplaude la posible incorporación de Valls a Barcelona / El exprimer ministro francés Manuel Valls toma una fotografía durante un coloquio sobre el futuro de Europa, de título «Francia y España en un mundo global» EFE / EP
Juan Pedro Quiñonero

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En Francia, Manuel Valls no tiene amigos ni aliados políticos ni a la izquierda, ni a la derecha, ni al centro. Y sus relaciones personales con Emmanuel Macron y su partido, La República en Marcha (LREM), han sido «complejas» y difíciles, sobre todo para el ex primer ministro de François Hollande, que siempre ha considerado que el actual presidente le «robó» las ideas.

Valls fue elegido diputado el mes de junio pasado como candidato «socialista» . Consumada su ruptura, brutal, con su propio partido, el PS, Valls tardó mucho tiempo antes de ser aceptado como diputado «emparentado» al grupo de LREM, en unas condiciones personales humillantes.

Hace meses, Valls esperaba que Macron le ofreciese un «puesto», un «ministerio», algún «cargo» a la altura de «importancia política». A día de hoy, Macron no ha ofrecido a Valls nada . Y LREM está férreamente controlada por personajes políticamente duros, comenzando por Christophe Castaner, líder muy ambicioso del partido de Macron.

En el seno del grupo parlamentario de LREM, Valls solo tiene un amigo (a) íntimo (a), Olivia Grégoire , su nueva compañera sentimental, igualmente ambiciosa, que se define ella misma como un «bulldozer» de la política, que comenzó su carrera muy a la derecha para reconvertirse en el «macronismo» , en cuya estela espera hacer carrera.

Ante las elecciones europeas del mes de mayo de 2019, Emmanuel Macron propuso la creación de listas «paneuropeas», incluyendo a candidatos de distinta nacionalidad en las listas nacionales. Macron comenzó por ofrecer a Daniel Cohen-Bendit un puesto de honor en las listas de LREM. El antiguo líder de Mayo de 1968 -hostil a toda «celebración» del cincuentenario- ha rechazado amablemente tal proposición. Macron también ha hecho propuestas a personalidades alemanas e italianas. En vano. Nadie tiene claro que puede resultar del proyecto de listas «transnacionales», cuando está en juego la defensa de intereses nacionales.

Personalidades no nacidas en Francia

Francia deberá elegir a 74 eurodiputados nacionales. ¿Caben muchas «cotas» de personalidades no nacidas en Francia ? Los estrategas de LREM han comenzado una campaña larga y confusa.

El comportamiento personal de Manuel Valls no siempre facilita su «integración» en ningún proyecto europeo de Francia. Valls interviene de manera muy intempestiva en los debates públicos nacionales. Y Macron no siempre aprecia la « crítica constructiva ».

Al centro (no macroniano), a la derecha y a la izquierda (no solo socialista), Valls solo tiene enemigos.

Si Valls terminase aceptando la proposición de Ciudadanos, para presentar su candidatura a la alcaldía de Barcelona, solo pudiera intentar «retenerlo» su nueva compañera sentimental, Olivia Grégoire, poco sensible, por ahora, al menos, al encanto de la « dieta catalana ».

Al día de hoy, Emmanuel Macron ha confiado todos sus proyectos políticos, municipales, nacionales y europeos a personalidades muy próximas e íntimas, muy alejadas del perfil personal de Manuel Valls.

Macron y su su partido ya tienen preparadas varias alternativas a la alcaldía de París, que esperan conquistar el 2020. Ante las elecciones europeas, un año antes, los estrategas de LREM buscan y no terminan de encontrar personalidades con «relumbrón». La evolución de los mercados políticos alemán, inglés e italianos aconsejan a Macron mucha prudencia.

El presidente francés aspiraba a «contar» con Angela Merkel para relanzar Europa. Pero la canciller alemana no comparte muchos de los proyectos franceses. De entrada, el «relanzamiento» y la «conquista» de Europa tendrá que esperar, mucho. Los tradicionales aliados italianos atraviesan crisis de muy diversa índole. La «intrusión» en otros «frentes» políticos europeos (España, Reino Unido) no siempre facilitará la coherencia de un presidente que también debe negociar y entenderse con Donald Trump.

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