El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acompañado por miembros de su Gobierno en el Palacio de Miraflores
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acompañado por miembros de su Gobierno en el Palacio de Miraflores

Maduro destituye al ministro de Economía de Venezuela tras solo un mes en el cargo

Sustituye al «ideólogo»Luis Salas por el economista Miguel Pérez Abad, considerado un «técnico» capaz de entenderse mejor con la oposición

Caracas Actualizado: Guardar
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Luis Salas solo fue vicepresidente económico durante un mes y nueve días. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, decidió destituir a este sociólogo por el economista Miguel Pérez Abad, actual ministro de Industria y Comercio. Salas, uno de los ideólogos de la conocida «guerra económica», ha explicado que su destitución obedece a que el cargo que ha ocupado hasta hoy requiere de una «dedicación durante las veinticuatro horas del día» y que, debido a «motivos personales», no puede sacrificar todo ese tiempo a su responsabilidad política.

Lo cierto también es que la sustitución de un chavista duro como Salas por un «técnico» como Pérez Abad podría facilitar un mínimo diálogo con la oposición, aunque todo depende de los siguientes pasos del oficialismo.

Hasta ahora, el Gobierno se ha limitado a llevar la contraria a todas las iniciativas del Parlamento dominado por la oposición.

Desde que Nicolás Maduro renovó su Gabinete, el pasado 6 de enero, ha destituido a dos de los ministros que él mismo nombró con la pretendida intención de traer aire fresco a su Gobierno. Emma Ortega apenas estuvo 15 días al frente del Ministerio de Agricultura Urbana. El presidente de Venezuela no aclaró los motivos de la destitución, pero Ortega provocó una gran polémica al recomendar cultivar alimentos «en botellas» y «en laticas viejas», en «cualquier rinconcito» de la vivienda para paliar la escasez que sufre el país.

Estos cambios intempestivos solo reflejan la «improvisación» con la que Maduro afronta la crisis, según el expresidente de la patronal

Según Jorge Roig, expresidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), estos cambios intempestivos solo reflejan la «improvisación» con la que el presidente Maduro afronta la crisis. «Llama la atención que no se haya hecho un buen nombramiento (en referencia a Pérez Abad). Todo ello da una mala imagen internacional del Gobierno nacional», afirmó antes de insistir en que el nombramiento de un nuevo vicepresidente para el área económica no es garantía de una salida a la crisis, pues es necesario, sobre todo, «contar con un plan de gobierno».

Las recetas económicas del chavismo no han dado hasta ahora ningún fruto. Más bien al contrario. El derrumbe de los precios del petróleo es la causa inmediata de la crisis de la economía venezolana. Maduro se ha aferrado a la caída de los precios del crudo y a una supuesta conspiración de empresarios, a la que llama «guerra económica», para justificar el desastre. Pero el colapso de la economía de este país caribeño viene de lejos y nada tiene que ver con consignas ideológicas.

La crisis ya comenzó a asomar antes de la muerte del presidente Hugo Chávez, el 5 de marzo de 2013. Y tiene mucho que ver con la estatalización de las economía. El control de los precios de alimentos y medicinas, la manipulación del tipo de cambio del dólar, las expropiaciones de empresas privadas que han pasado a ser gestionadas por el Gobierno, la cada vez mayor ausencia de una economía productiva y la plena dependencia del petróleo han minado las finanzas del país. Y han provocado un colapso de la economía, cuyos signos más visibles son la dramática escasez de productos y las horas interminables que deben pasar los venezolanos en las colas en el momento de hacer la compra.

Según la oposición, la culpa de la crisis es del chavismo que no ha sabido administrar los ingresos petroleros. «La crisis que hoy vive el país es consecuencia de la implosión de un modelo fracasado que no da para más. El Gobierno dice que la situación actual se debe al agotamiento del modelo rentista y que es producto de la caída de los precios del petróleo, pero eso es falso y así hay que repetirlo una y otra vez, porque tenemos un Gobierno que destruyó la producción del país y desaprovechó la bonanza petrolera», afirmó Henrique Capriles Radonski, gobernador del estado Miranda y excandidato presidencial.

Oportunidad perdida

Venezuela gozó en los años del chavismo de una de las mayores bonanzas económicas de su historia gracias a los altos precios del crudo. Pero la estrategia económica del oficialismo solo aprovechó entonces para redoblar el control del Estado sobre la economía. Ahora este país se enfrenta, por tercer año consecutivo, a una contracción económica que hace temer que la quiebra termine siendo inevitable.

El conflicto político tampoco ayuda a solucionar la crisis. El triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias ha provocado una guerra de poderes en la que ha brillado por su ausencia cualquier intento de consenso para afrontar el desplome de la economía.

Al cierre de esta edición se esperaba que el presidente de Venezuela anunciara alguna nueva medida para afrontar la crisis. Pero el caso es que, hasta el momento, el Ejecutivo de Maduro se ha resistido a cualquier recorte, a cualquier medida impopular o a la limitación de subsidios por más necesario que sea el cambio.

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