Una línea telefónica permitirá a los niños atrapados en la cueva de Tailandia hablar con sus familias

Localizados pero no rescatados. Así se resume la odisea que atraviesa el grupo formado por 12 menores y su entrenador, atrapados en una cueva en el norte de Tailandia desde el pasado 23 de junio.

Tras más de una semana de angustia ante la imposibilidad de llegar hasta ellos, ahora, una vez localizados, se abre un periodo de incertidumbre sobre cómo podrán sacar al grupo a la superficie, ante la dificultad de acceder a una cueva que está parcialmente inundada y cuya situación podría empeorar si sigue lloviendo (lo más normal pues es la época de monzones en el país, que no termina hasta octubre).

Mientras los expertos se dividen entre dos opciones, esperar que terminen las lluvias o sacarles antes buceando (para lo que deberían ser debidamente entrenados, algo difícil en un grupo con niños pequeños que no saben nadar), este martes los buzos han podido llevarles comida y medicinas , además de entre el grupo de expertos se encontraba algún médico, según informa la BBC. Según este, los menores y el entrenador se encontrarían en buenas condiciones.

Ante la perspectiva de que la estancia forzada de los niños en la cueva se puede alargar semanas e incluso meses , según informa la web británica, se estaría instalando una línea telefónica para que puedan hablar con las familias. Algo que contribuirá a tranquilizar tanto a los menores y a los padres que se enfrentan ahora a un periodo de incertidumbre.

Un periodo en el que los menores no estarán solos, pues según explicó el buceador Ben Reymenants , que ayuda en las labores de rescate, a la BBC dos médicos del Ejército tailandés se han ofrecido voluntarios para permanecer con ellos «durante los cuatro meses» hasta que el agua que inunda algunas partes de la cueva, como consecuencia de las lluvias, descienda.