Ecuador sitiado por una huelga general, bajo la sombra de la conspiración correísta

Los indígenas y los movimientos sociales se esforzaban ayer por tomar distancia de los grupos violentos que han cometido actos de vandalismo

Protestas en Quito REUTERS

Thalía Flores

Ecuador se apresta a vivir este miércoles 9 de octubre una jornada de huelga general , precedida de hechos de violencia inusitados con saqueos, ataques a ambulancias, destrozo de 15 coches y decenas de actos vandálicos en varias ciudades, en el campo y, sobre todo, en Quito, a pesar de que en el país rige el estado de excepción desde el 3 de octubre.

En un ambiente enrarecido y con el miedo expresado en el cierre de los comercios y la poca gente que se atreve a salir a las calles, puesto que tampoco hay transporte público , la historia contemporánea no registra el hecho excepcional del traslado de la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, ciudad costera al suroeste del país, decidida por el presidente Lenín Moreno, ante la violencia inusitada, y para evitar confrontaciones, como dijo el canciller José Valencia, en un diálogo con corresponsales de medios extranjeros.

Las clases en todos los niveles educativos también están suspendidas desde el viernes pasado y las oficinas no atendieron este martes, víspera del paro, considerado un día decisivo por la confluencia de todos los sectores que se oponen a la eliminación del subsidio a los combustibles, decretado por Moreno, la semana anterior, y detonante para las protestas, y al que se espera se unan empleados públicos a quienes se les restó 15 días de vacaciones anuales y se les ha pedido la contribución de un día de sueldo.

Una solución posible

Los indígenas y los movimientos sociales se esforzaban ayer por tomar distancia de los grupos violentos que han cometido actos de vandalismo. Asaltar la sede de la Contraloría (Tribunal de Cuentas) donde están los procesos legales en contra de quienes han cometido actos de corrupción fue una suerte de punto de inflexión para que los indígenas se apartaran de los grupos violentos. El contralor Pablo Celi, mientras tanto, denunció el hecho ante la Fiscalía y aseguró que buscarán identificar y castigar a los responsables.

La postura de los indígenas y el hecho de que el gobierno haya apuntado al correísmo como el propiciador de la violencia con afanes desestabilizadores, parece abrir una puerta para el diálogo entre el gobierno y los convocantes a las movilizaciones. El lunes por la noche, el presidente Moreno apuntó, directamente, a su antecesor, Rafael Correa, y también a Nicolás Maduro, como los instigadores de la desestabilización, aupada en Ecuador por exfuncionarios que han viajado recientemente a Venezuela.

El historiador y catedrático Enrique Ayala Mora dijo a ABC que el Gobierno ha empezado a rectificar pues ha identificado a los correístas como la fuente fundamental de la violencia , mientras que las organizaciones sociales recién han definido claramente que no quieren desestabilizar al gobierno. De este modo, se podría intentar una salida a la crisis política, que ha paralizado al país por siete días.

En efecto, en medio de la tensión que se respira en todo el territorio nacional, horas antes que de produzca la jornada de protesta de este miércoles, todos apuntan a una salida consensuada. La parlamentaria Mae Montaño invocó a un diálogo sincero de las partes, pero alentó a que se identifique quiénes son responsables de las acciones desestabilizadoras . En esa misma línea está el gobierno que ha acogido la iniciativa de Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal para acercarse a los protestantes y propiciar el diálogo, según revelara el canciller Valencia. El vicepresidente de la Legislatura, Patricio Donoso, confirmó a este Diario que el diálogo ya se ha iniciado.

Desde todos los sectores se coincide que la paralización no puede seguir ya que le supone al país una pérdida de aproximadamente 120 millones de dólares diarios , según cálculos de Patricio Alarcón, presidente del Comité Empresarial del Ecuador. Por todo esto, este miércoles es un día clave porque se medirán fuerzas dijo Ayala Mora, quien considera que los manifestantes no podrán permanecer mucho tiempo más en Quito.

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