Kurz se dispone a reconquistar la cancillería austríaca

A sus solo 33 años, el conservador Sebastian Kurz se hará por segunda vez con el gobierno de Austria en las elecciones de este domingo, según todas las encuestas. En mayo pasado, la coalición gubernamental que Kurz formó con los nacionalistas del FPÖ estalló tras el escándalo del «Ibizagate», un video grabado en Ibiza y publicado por medios alemanes , en el que entonces líder del FPÖ, Heinz-Christian Strache, ofrecía favores estatales a oligarcas rusos a cambio de apoyo financiero para su partido.

El vídeo precipitó la caída del gobierno y los sondeos adelantan ahora que el ÖVP de Kurz obtendrá entre 33% y 35% de los votos, superando en 2,5 puntos el resultado de 2017 y con opciones que van desde la improbable gran coalición con los socialdemócratas del SPÖ (23%), hasta Los Verdes (11%) y NEOS ( 9%). Sólo el FPÖ queda fuera de un posible acuerdo de gobierno, después de que Kurz declarase su “pérdida de confianza” y sufre pérdidas desde el anterior 26% a un escueto 19%.

Durante la campaña, además se está celebrando el juicio a Strache en el que se ha desvelado que recibía prebendas injustificables del partido, que le pagaba desde viajes y comidas hasta la floristería y el sastre. En las últimas 24 horas, el nombre del reción elegido presidente del FPÖ, Norbert Hofer, ha aparecido también implicado, aunque ha justificado que si en 2016 el partido le pagó la valla nueva de su domicilio particular fue «por motivos de seguridad».

Hofer ha intentado distanciarse de los nombres conflictivos de la formación y ha expulsado al presidente de la formación en Baja Austria, Martin Huber, que el 20 de abril de 2014, felicitó a través de Facebook a «todos los que hoy tengan cumpleaños», en velada referencia al aniversario de Adolf Hitler.

«¡Queremos que vuelva nuestro canciller!» es el lema del ÖVP, que considera que Kurz sigue siendo el canciller legítimo y que la moción de censura que le obligó a disolver el parlamento no estuvo justificada. En 2017, Kurz encarnó el deseo generalizado de cambio del país y un nuevo comienzo. En la campaña electoral ha hablado principalmente sobre migración, islam político y negligencia en la integración. Su victoria lo mantendrá como referente de una nueva generación de conservadores europeos.