Keiko Fujimori, el peso de un apellido

Keiko Fujimori es administradora de profesión y está casada con el estadounidense Mark Vito Villanella, con quien tiene dos hijas, Kyara y Kaori.

A los 18 años se convirtió en la primera dama más joven de la región después de que sus padres, el entonces presidente Alberto Fujimori y Susana Higuchi, protagonizaran una agria separación tras las denuncias de la exesposa por la venta de ropa usada contra las hermanas del exmandatario, hoy prófugas de la Justicia.

El excongresista fujimorista Fernan Altuve aseguró a ABC que Fujimori presenta su candidatura a la presidencia para «reivindicar el apellido para sus hijos y limpiarlo ante la historia. Ella pide una segunda oportunidad como hizo (Hugo) Banzer en Bolivia».

Cuando finalizó el mandato de su padre tras los graves escándalos de corrupción y Fujimori renunció a la presidencia por fax en el año 2000, Keiko residía en el Palacio de Gobierno de Lima, lugar que abandonó y se fue a cursar un máster en la Universidad de Columbia.

El director del Instituto de Estudios Peruanos, Ricardo Cuenca, considera su candidatura como un medio de «salvar el nombre de su familia y defender lo bueno que se hizo antes con una salvedad: al convertirse en primera dama, se recreó a sí misma y se creyó su propia historia como política agregándole un discurso carismático y un legado controvertido».

Perdió frente a Humala

En 2011 perdió las presidenciales frente al actual mandatario, Ollanta Humala. Al lanzarse de nuevo a la presidencia ha prometido no indultar a su padre -preso desde 2008- y respetar los derechos humanos, al mismo tiempo que afirma que «es injusto tener que cargar una mochila pesada por culpa de la corrupción de terceros».