La inclusión del régimen de Maduro provoca tensiones en la XXVII Cumbre Iberoamericana

Chile, Colombia y Ecuador critican que se incorpore al régimen chavista al encuentro, mientras que Díaz-Canel, que debuta en este foro como presidente de Cuba, defiende la legitimidad de Maduro y carga contra Estados Unidos

Imagen de la cumbre semipresencial de Andorra
Víctor Ruiz de Almirón

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La decisión de la organización de incluir al régimen de Nicolás Maduro como representante de Venezuela está empañando la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se desarrollaba en un espíritu de colaboración como base para hacer frente a la pandemia y a sus duras consecuencias económicas.

Pero el carácter excepcional -la cumbre es en gran parte telemática- y el ánimo constructivo del foro por la situación de emergencia sanitaria en la que se produce, no ha podido evitar que la invitación a Nicolás Maduro haya crispado el ambiente. Ya antes de arrancar la cumbre, la decisión de Andorra, como anfitrión, y de la Secretaría General Iberoamericana de incluir a este régimen había motivado la decisión del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro , de no participar en la cumbre.

Este miércoles por la mañana, desde la organización de la cumbre confirmaban que finalmente no sería Nicolás Maduro quien tomase la palabra en el plenario en el que intervienen todos los países, pero sí su vicepresidenta Delcy Rodríguez . Esta decisión de incorporar al líder chavista ha enfrentado a varios países durante la cita. Los mandatarios de Chile, Colombia y Ecuador han criticado la inclusión del régimen bolivariano. Mientras que Cuba, que hacía dos décadas que no mandaba a un presidente a la Cumbre Iberoamericana y cuya presencia en cambio no ha sido criticada, se ha posicionado del lado de Nicolás Maduro.

Reclamaciones al régimen chavista

El primero en alzar la voz ha sido el presidente de Chile, Sebastián Piñera , que ha instado a Venezuela a «asumir un pleno y total compromiso con los valores de libertad, Estado de Derecho, democracia y derechos humanos». A continuación, y mucho más extenso y contundente, ha sido el turno del presidente de Colombia, Iván Duque , que ha reclamado la celebración de elecciones libres en Venezuela para poner fin a «la más opresora de las dictaduras que se haya visto» en la región. «Insto a que sea urgente que en el caso particular de la Republica de Venezuela veamos el fin de la dictadura, elecciones libres y un periodo de transición «, ha dicho Duque durante su intervención. El presidente colombiano se ha referido a cómo la represión y las malas condiciones económicas de Venezuela provocan grandes flujos de migración hacia su país, lamentando que no estén recibiendo la ayuda necesaria para poder atender esos niveles de inmigración. Duque ha terminado reivindicando que la democracia y la defensa de los principios democráticos y las libertades deben ser parte de la integración iberoamericana: «Eso implica que todos los países abracemos la democracia y rechacemos cualquier expresión de represión y de dictadura».

Cuba le echa un capote a Maduro

Duque y Piñera recibieron a continuación la respuesta del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel , que ha instado a «respetar» a Maduro como el presidente «legítimo» de Venezuela. El mandatario cubano, que ha reivindicado el legado de Fidel Castro y ha presumido de su sistema de salud y de su producción de vacunas propias, ha considerado «injusto» culpar al régimen chavista por los flujos de migración hacia otros países de la región. Él ha cargado las culpas en las sanciones impulsadas por Estados Unidos: «Sería útil y sincero reconocer que la intervención ha fracasado. Deberían reconocer que Venezuela es un estado soberano».

La mayoría de países han optado por no polemizar a este respecto, incluido España, que no ha hecho mención alguna al respecto. Pero después de la defensa de Díaz-Canel, sí se ha unido a Chile y Colombia el presidente de Ecuador, Lenin Moreno , que ha cerrado su intervención diciendo que no puede aceptar «que se haya incorporado al representante de Nicolás Maduro». Y se ha referido al régimen chavista como un régimen que «no respeta principios políticos ni los derechos humanos del pueblo al que dice representar». También el presidente de Uruguay se ha unido a las demandas de Chile, Colombia y Ecuador: "Con serena voz y misma firmeza, decirle en nombre de nuestro gobierno que debe abrir las puertas urgentemente a la democracia", dijo Luis Lacalle Pou.

Después de todos ellos llegó el turno de los países que no iban a ser representados por sus máximos mandatarios. Fue el momento de Delcy Rodríguez, que no pasó por alto las denuncias del resto de países. Primero las definió como "voces menores de intolerancia". Es decir, el régimen se vio fortalecido por el hecho de que hasta entonces solo cuatro de los dieciseis países que le precedieron en el uso de la palabra criticaron a su gobierno. Rodríguez eligió confrontar con Duque, a quien definió como "patético facsimil del fracaso". La número dos de Maduro criticó a Colombia por la producción de cocaína en su territorio. "Quienes hablan de democracia deben respetar la voluntad sagrada del pueblo de Venezuela", reprochó. Rodríguez agradeció el apoyo de Cuba. Ambos países fueron apoyados después por la representación de Nicaragua.

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