Gran despliegue de patrullas y ambulancias porque, solo unos minutos antes, el metro de Nueva York ha sido testigo de una auténtica fatalidad. Un pasajero baja en la estación central de Manhattan. Pero su ropa queda enganchada en las puertas de ese tren. Cuando retoma la marcha, el hombre de 39 años es arrastrado varios metros. Los gritos de otros pasajeros intentan alertar al maquinista. Pero no consiguen evitar el trágico desenlance. Es ya dentro del tunel cuando el convoy se detiene. Demasiado tarde porque el impacto ha sido tan brutal que no ha podido sobrevivir.
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