La nave Sea Watch entra en aguas italianas pese a la sentencia de Estrasburgo que rechaza su desembarco

La embarcación de ayuda humanitaria desoye las advertencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y podría afrontar una multa de 50.000 euros del Gobierno italiano

Un inmigrante rescatado por el barco Sea Watch 3 trata de llegar a la costa de Malta, en enero AFP 1 Vídeo: ATLAS

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Se viven horas dramáticas frente a la isla de Lampedusa. Todas las miradas se centraban en la posible decisión de la capitana Carola Rackete de la nave Sea Watch 3, con 42 inmigrantes a bordo, que ayer sufrió un serio contratiempo en su pretensión de desembarcar en la isla italiana. Finalmente, la embarcación se ha situado frente a su puerto , y, ahora, espera atracar a la caída de la tarde de hoy, superando así el bloqueo que le había impuesto el vicepresidente del gobierno italiano, Matteo Salvini.

En una sentencia que cabe considerar histórica, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, rechazó ayer el recurso de emergencia contra los puertos cerrados en Italia, presentado por la nave Sea Watch 3, bloqueada en el Mediterráneo desde hace 14 días con 42 inmigrantes, tres de ellos adolescentes. La respuesta de Carola Rackete, 31 años, capitana alemana de la nave, ha llegado a las pocas horas, decidiendo romper el bloqueo con este anuncio: «He decidido entrar en puerto a Lampedusa. Sé qué riesgo corro, pero los 42 inmigrantes a bordo están en una situación límite . Les salvo. No es una provocación, sino una necesidad porque la situación a bordo es desesperada».

Por su parte, el presidente de la ONG Sea Watch, Johannes Bayer, ha manifestado: «Ninguna institución europea quiere tomarse la responsabilidad y sostener la dignidad en los confines de Europa en el Mediterráneo. Este es el motivo por el que nosotros hemos asumido la responsabilidad. Entramos en aguas italianas , dado que no ha quedado ninguna otra opción para tener en seguridad a los inmigrantes, cuyos derechos fundamentales han sido violados por un tiempo suficientemente largo».

Nave frente al puerto de Lampedusa

El barco con los 42 inmigrantes se ha parado delante del puerto de Lampedusa, mientras el ministro del Interior, Matteo Salvini, proclama: «No desembarcarán». La capitana de la nave desoyó las órdenes de los militares italianos . Un primera señal de una lancha rápida de la Guardia de Finanzas italiana para que la Sea Watch se detuviera, tras entrar en aguas italianas, no fue seguida por la capitana alemana. El ministerio de Asuntos Exteriores italiano ha pedido a Holanda, «como país de bandera de la Sea Watch, que se asuma su propia responsabilidad con la nave». El embajador italiano en La Haya ha formalizado la protesta del gobierno de Roma y ahora comenzarán las negociaciones para la distribución de los 42 inmigrantes a bordo de la embarcación.

La decisión de la capitana Rackete ha desencadenado una furiosa reacción del ministro del Interior, Matteo Salvini, que anuncia en Facebook: «Despliego la fuerza pública para que no desembarque ninguno. La inmigración no puede ser gestionada por naves fuera de la ley. Estamos dispuestos a bloquear cualquier tipo de ilegalidad. Quien se equivoca, paga. A la ONG Sea Watch no le importan las leyes, su nave está fuera de la ley y pone en riesgo la vida de los inmigrantes por un asqueroso juego político. Emplearemos cualquier medio democráticamente concedido para bloquear esta destrucción de la ley. Italia no puede ser punto de llegada para todo aquel que sea cómplice de traficantes de seres humanos».

Salvini atacó también a Europa sobre deuda pública y los impuestos: «Los gobiernos de Alemania y Holanda tendrán que responder. Hagan partir un avión para cargar unos pocos (inmigrantes) a Amsterdam, otros pocos a Berlín y los que sobren a Bruselas. ¿Para qué pagamos nosotros? ¿Para que nos manden inspectores? Para denunciarnos con las infracciones sobre la deuda, que aumenta justo por culpa de normativas europeas que están hechas expresamente contra Italia y los italianos, haciendo aumentar la deuda y causando el cierre de las empresas. Basta, hay un límite para soportar».

Histórica sentencia

La situación se ha hecho más tensa después de la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, que ha tenido una gran repercusión. Según los jueces, no existen las condiciones de «riesgo inminente o daño irreparable» que habrían obligado a Italia a abrir sus puertos, aunque pide al Gobierno italiano continuar proporcionando asistencia a la embarcación . La decisión del Tribunal de Estrasburgo motivó que el ministro del Interior, Matteo Salvini, se sintiera eufórico, pues considera confirmada su tesis de que hay otros «puertos seguros» y no solamente, y a la fuerza, los italianos.

A este respecto, Salvini había declarado: «Por mi esos inmigrantes se pueden quedar en el mar hasta Navidad o Año Nuevo, a Italia no llegan. Que se los repartan Alemania y Holanda», destacó Salvini, citando esos dos países porque la ONG Sea Watch es alemana y el barco lleva bandera de los Países Bajos . «El Tribunal de Estrasburgo –subraya Salvini– ha confirmado la elección de orden de Italia, una elección de sentido común, legalidad y justicia como es la de cerrar los puertos a los traficantes de seres humanos y a sus cómplices».

La decisión del Tribunal ha sorprendido incluso a muchos juristas, que ven un cambio en los jueces de Estrasburgo: «Es una posición muy cauta . Es verosímil que también el Tribunal de los Derechos Humanos se vea afectado por el clima europeo profundamente cambiado con respecto a hace algunos años, cuando la sensibilidad sobre estos temas era completamente diversa», explica el abogado Anton Giulio Lana, presidente de la Unión Forense para los Derechos Humanos.

La sentencia del Tribunal de Estrasburgo no se la esperaba nadie a bordo de la Sea Watch 3, donde cunde la desesperación entre los inmigrantes. Uno de ellos, Hermann, afirma: «No podemos movernos por falta de espacio en la nave; imagínense como se siente aquí una persona que logró escapar de las torturas de las cárceles libias».

La capitana amenaza

Carola Rackete, 31 años, capitana alemana de la nave, explicó así al diario «La Repubblica» la situación a bordo: «Los inmigrantes están desesperados. Alguno amenaza la huelga de hambre, otros dicen que quieren lanzarse al mar o hacerse cortes en la piel. Italia me obliga a tenerlos amontonados en el puente , con apenas tres metros cuadrados para cada uno».

Carola Rackete amenazó con romper el cerco, entrar en aguas italianas y desembarcar en Lampedusa, una amenaza que poco después ha querido poner en práctica, llegando a situarse frente al puerto de la isla, aun siendo consciente de lo que se juega: una multa y el secuestro de la nave. «Sé cuál es el castigo –afirma Carola Rackete-. Pero yo soy responsable de las 42 personas que he rescatado en el mar y que ya no aguantan más. Su vida está por encima de cualquier juego político o incriminación». La ONG que gestiona el barco ha hecho un llamamiento para que se «hagan donaciones con el fin de ayudar a la capitana Carola a defender los derechos humanos».

El ministro del Interior, Matteo Salvini, ha destacado que si la nave Sea Watch 3 viola la prohibición de ingreso y entra en un puerto italiano deberá pagar una multa de 50.000 euros y la nave será confiscada , mientras la capitana Rackete y la tripulación serán denunciados.

A la espera de que se resuelva este caso, ha causado gran impresión, tristeza y horror: A 25 millas de la costa de Agrigento (Sicilia) un pesquero ha encontrado junto a los peces, al recoger las redes, el cuerpo de un joven, probablemente uno de los cientos de inmigrantes desaparecidos en el Mediterráneo durante su travesía hacia las costas italianas.

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