El Gobierno de Trump aparta al ideólogo ultra Steve Bannon del Consejo Nacional de Seguridad

La nominación de Bannon fue muy polémica por su posición antiestablishment y antiguo azote de las élites y la inmigración, especialmente como editor de Breitbart News, portal referente para la «derecha alternativa»

CORRESPONSAL EN NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Si hay una persona que genere más oposición en el movimiento «antiTrump» que el propio presidente de EE.UU., es Stephen Bannon. Referencia de la extrema derecha desde su plataforma de medios Breitbart, presidente de la campaña de Donald Trump en la recta final de las elecciones e inspirador de su discurso más agresivo, Bannon ha sido considerado el mayor peligro en la Administración Trump por el electorado de izquierda y los republicanos moderados. Nada más ganar en las urnas, el presidente lo ungió como estratega jefe de su Gobierno, para disgusto de muchos.

Tras un inicio turbulento de su mandato, ahora llega la primera señal de que la influencia de Bannon sobre el presidente puede estar a la baja.

El estratega jefe es la principal víctima de una reorganización del comité más decisivo del Consejo Nacional de Seguridad (NSC, en sus siglas en inglés), el órgano que rige la política de Estados Unidos en seguridad nacional. Bannon dejará de tener acceso a ese comité, al que volverán figuras clave de la inteligencia y del ejército de EE.UU.

Nada más jurar el cargo como presidente, Trump decidió trastocar el funcionamiento del NSC para incluir a su asesor y relegar a miembros importantes de la CIA o del ejército a solo algunas reuniones. El cambio fue criticado por los peligros que para algunos tiene colocar a un ideólogo sin experiencia en estos asuntos como Bannon en el centro de las decisiones sobre seguridad.

Al parecer, la reorganización anunciada ayer ha sido orquestada por H.R. McMaster, el general aupado al puesto de asesor de seguridad nacional tras la salida fulminante de otro militar, Michael Flynn, envuelto en un escándalo por discutir sobre sanciones con miembros del Gobierno de Rusia y engañar a altos cargos de la Casa Blanca, como el vicepresidente, Mike Pence, sobre el contenido de esos contactos.

McMaster, que mantiene un perfil bajo en la opinión pública pero que ha ganado mucho respeto dentro de la Casa Blanca en las pocas semanas que lleva en el cargo, ha defendido que no debe haber elementos políticos dentro del NSC, con Bannon como primera víctima. Según The New York Times, el plan de McMaster era desprenderse de Bannon nada más llegar a su puesto, pero no lo hizo para no crear más tensión en medio del escándalo de Flynn.

«Guía» de Flynn

La Casa Blanca se apresuró a desmentir que la salida del estratega jefe fuera una degradación a Bannon y que su estancia de un par de meses en el consejo era para guiar a Flynn, encargado en un primer momento de reestructurar las operaciones del NSC. Además, explicó que Bannon apenas había asistido a un par de reuniones del comité principal y que su rol era «desoperativizar» al NSC respecto a su estructura durante la Administración Obama y que ese objetivo ya se ha cumplido. Algunos se preguntaban ayer por que Trump o la Casa Blanca no adelantaron que ese era el papel de Bannon cuando ascendió al NSC ante una lluvia de protestas.

Quienes recuperarán su puesto permanente en este comité del NSC son el director nacional de inteligencia, el jefe del Estado Mayor y el director de la CIA.

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