El Gobierno de Ecuador llega a un principio de acuerdo con los indígenas para que la marcha no sea violenta

El movimiento indígena exhibe gran fuerza en el paro nacional en Ecuador

Thalía Flores

El vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzner, ha anunciado este miércoles que, gracias a la mediación de Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal, se ha llegado a un primer acuerdo con los indígenas para que la marcha por Quito sea «pacífica», al tiempo que ha reiterado la oferta de diálogo a todos los sectores sociales para decidir qué se hace con los recursos que ahorrará el Estado con la eliminación del subsidio al combustible.

Los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía marcaron, este miércoles, la tensa jornada de protestas durante el paro nacional liderado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y los sectores sindicales del Ecuador. El foco de tensión estuvo en Quito, en el centro histórico, donde se ubica el palacio de Carondelet, la sede del Gobierno, y hacia donde pretendían llegar los manifestantes.

Los manifestantes empezaron a concentrarse desde las 08:00 en la avenida 10 de Agosto, a la altura del parque El Ejido. Hacia el mediodía enfilaron hacia el centro. A poco de iniciar la caminata comenzaron los forcejeos: del lado de los manifestantes se usó piedras y palos, mientras que la Policía utilizó gases lacrimógenos. Episodios de tensión se suscitaron en varios momentos, y hubo personas con golpes y contusiones. El objetivo era llegar a la Plaza de Independencia, pero el sitio se encuentra, prácticamente blindado, y no hay acceso.

Desmarcarse del correísmo al que se le atribuye los saqueos y actos de vandalismo que escandalizaron al país, llevó al movimiento indígena y a los sectores sindicales a protagonizar una jornada sin la violencia extrema de los días previos, y demostrar fuerza con la multitudinaria marcha que algunos calculan superaron las 15 000 personas.

El vicepresidente de la República, Otto Sonnenholzer, reveló que hay extranjeros (no lo dijo, pero se sabe que son venezolanos) han recibido 50 dólares diarios para ir a las movilizaciones. Eso habrían declarado 17 personas extranjeras detenidas tras sorprendidas en actos vandálicos.

En varias ciudades del país también hubo marchas y movilizaciones de protesta, y también en algunas de ellos hubo enfrentamientos y se reportó detenidos. En Guayaquil, la ciudad costera a donde el presidente Lenín Moreno trasladó, de manera temporal, la sede del gobierno, vivió una jornada diferente.

Guayaquil celebra el 9 de octubre su aniversario de independencia. Pero, ayer, no pudo festejar los 199 años de emancipación política, Sus autoridades, con la alcaldesa Cynthia Viteri a la cabeza, protagonizaron una concentración en defensa de la paz y en repudio a los actos de vandalismo que agredieron a la urbe.

En la sierra centro donde la presencia del movimiento indígena es importante, hubo hechos que han afectado a toda la población. En Latacunga, provincia de Cotopaxi, dejaron sin agua a la población al dañar las instalaciones potabilizadoras; mientras que en Ambato, provincia de Tungurahua dejaron a toda la población sin televisión ni radio porque los manifestantes se apoderaron de las antenas repetidoras. El vicepresidente Otto Sonnenholzer habló de actos terroristas. En algunas ciudades, como Cuenca, hubo desabastecimiento de gas de uso doméstico.

El gobierno ha dicho que la eliminación de los subsidios a los combustibles es inamovible, mientras que los indígenas quieren que se eche abajo. El Ejecutivo no tiene otra manera para cubrir, de manera parcial, un déficit fiscal estimado en 5 000 000 millones de dólares, tomando en cuenta que subsidiar los combustibles le significa una erogación anual de 1 400 millones anuales al Estado.

Los observadores tampoco creen que el gobierno pueda dar un paso atrás porque sería demostrar debilidad. En términos políticos, pedir la eliminación del subsidio es casi pedirle la renuncia al presidente y, en términos económicos, sería someter al país a la imposibilidad de superar la enorme crisis económica, sostiene Santiago Basabe, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Mientras que para el exministro de Gobierno y reputado analista, Mauricio Gándara, la salida es muy difícil por la enorme fuerza que han demostrado los indígenas en la movilización de ayer. «Para dar un salto, uno calcula; el Gobierno de Moreno no lo hice», sostiene. Y agrega que a los indígenas y trabajadores tendrá que darles compensaciones.

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