El Gobierno brasileño despedirá a 4.600 cargos de confianza durante el primer semestre de 2017

El Gobierno brasileño ha decretado este jueves el despido de unos 4.600 cargos de confianza, un recorte que se hará efectivo a lo largo del primer semestre de 2017 y que generará un ahorro de más de 73 millones de dólares. La mayor parte de los puestos de trabajo, unas 2.962, serán suprimidos en enero, ha especificado el Gobierno en el último Diario Oficial de la Unión, divulgado este jueves. Para marzo está previsto eliminar otros 1.503 cargos y los restantes se postergarán hasta julio.

El Ejecutivo del presidente Michel Temer también ha anunciado la integración «temporal» de algunos organismos, como la de Secretaría de Gestión del Ministerio de Planificación y Desarrollo en la Casa Civil de la Presidencia de la República.

El decreto se enmarca dentro del profundo plan de austeridad propuesto por el Gobierno brasileño, con el que pretende revertir las maltrechas cuentas públicas del gigante sudamericano, que cerró 2015 con una caída del PIB de un 3,8% y que, al cierre de este ejercicio, podría registrar o tro retroceso de hasta el 3,5% en 2016, según las proyecciones de los analistas del mercado financiero.

Techo de gasto y caída del consumo

Dentro de este paquete, una de las medidas más polémicas fue la imposición de un techo de gasto público para los dos próximas décadas que fue aprobado el pasado diciembre por una enmienda constitucional y que supeditará el nivel de inversión a la tasa de inflación del año anterior.

Los analistas también prevén que las medidas de austeridad congelen el consumo doméstico y provoquen a corto y medio plazo un aumento en las cifras del paro, que terminará el año en una cota récord para el país.

El número de desempleados en Brasil llegó a los 12,1 millones en el trimestre entre septiembre y noviembre de este año, el equivalente al 11,9% de la población económicamente activa, según las estadísticas divulgadas hoy por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

A pesar de las débiles cifras macroeconómicas y de la impopularidad de las medidas tomadas, que han desatado en los últimos meses varias protestas en todo el país, Temer ha sostenido que 2017 será un año en el que se conseguirá «vencer» la grave crisis económica.