Francia teme más presión yihadista en Mali tras el golpe de Estado

El coronel Assimi Goita, nuevo hombre fuerte, asegura que su objetivo es convocar elecciones en un plazo razonable

El coronel Assimi Goita, ayer durante una rueda de prensa en la sede del ministerio de Defensa, en Bamako AFP

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El coronel del Ejército de Tierra Assimi Goita se presentó ayer en la base militar de Kati, a unos 15 kilómetros de Bamako, como líder del Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP), la junta creada por los golpistas tras el golpe militar en Mali que ha derrocado al ya expresidente Ibrahim Boubacar Keita. Goita dio a conocer ayer el primer comunicado oficial del CNSP, en el que señaló que el objetivo de la junta militar es llevar al país a la celebración de elecciones en «un plazo razonable» y restaurar la estabilidad.

El nuevo hombre fuerte de Mali pidió a la población acabar con el «vandalismo» y volver a la normalidad, e instó a los malienses a «continuar con sus ocupaciones libremente y reanudar sus actividades de manera saludable».

Francia estima que el golpe de Estado en Mali agrava peligrosamente la inestabilidad en una región estratégica para la seguridad de Europa, «coladero» de grupúsculos yihadistas, a través del Magreb. Emmanuel Macron espera de la Unión Europea (UE) el refuerzo y la consolidación de la operación militar «Barkhane», concebida el verano de 2014 para intentar defender la seguridad de cinco estados muy frágiles, Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad (G5), víctimas de la inseguridad crónica y la presencia permanente de varios grupúsculos terroristas islámicos, salafistas, en una región ultrasensible, el Sahel, la franja al sur del Sáhara.

En la operación «Barkhane», liderada por Francia , participan más de 5.000 soldados franceses y otros 3.000 de cinco aliados europeos (Reino Unido, España, Estonia, Dinamarca y República Checa). La participación de unos 300 legionarios españoles de la VII Bandera «Valenzuela», en una región que es dos veces más grande que España, es altamente simbólica y ha formado parte de una operación multilateral europea, (EUTM, European Union Training Mission).

Tras el golpe de Estado del lunes, las fuerzas de la UE (la EUTM), deberán esperar nuevas consignas de «formación» del Ejército cuyos jefes y oficiales acaban de dar un golpe de Estado condenado por la UE, África y Naciones Unidas. Francia no duda de la solidaridad de sus aliados en el terreno, pero teme un impreciso y potencialmente largo proceso de inestabilidad.

Cooperantes asesinados

Hace apenas diez días que fueron asesinados en la región seis cooperantes franceses y dos ciudadanos nigerinos en la región de Kouré (suroeste de Níger). Las fuerzas francesas, por su parte, son víctimas de acoso y emboscadas relativamente frecuentes, cuando los grupúsculos yihadistas, enfrentados entre ellos, confirman su implantación en unos «pueblos» víctimas de la pobreza secular.

La propagación del coronavirus añadió a primeros de abril otro problema, estrictamente sanitario: se descubrió uno o dos casos de infección de soldados de la EUTM. El mando militar tomó medidas de urgencia. Pero las últimas escaramuzas «irregulares» y los asesinatos de hace diez días confirman la determinación yihadista. La «dimisión» del expresidente Keita, forzada por los militares golpistas, confirma a Francia la agravación de todos los frentes.

A través de sus drones y satélites militares, EE.UU. ha asegurado, hasta hoy, más del 50% de la información militar de la que han podido beneficiarse los aliados europeos. Pero Washington «reflexiona» una posible retirada parcial.

Convencer a Merkel

Durante los últimos seis meses, las fuerzas francesas de la operación «Barkhane» han realizado, en cooperación con tropas del G5, varias operaciones militares contra las bandas y grupúsculos mayoritariamente salafistas. Incluso ha sido «neutralizado» algún cabecilla famoso en la región. Pero el conflicto de guerra irregular entra en una nueva fase tras el golpe de Estado en Bamako, cuando los aliados europeos se encuentran todos en una fase de incertidumbre política imprevisible.

Hasta hoy, Alemania ha preferido «abstenerse» en el conflicto de Sahara el Sahel, en la región del G5. Macron intentará convencer a Merkel hoy de la necesidad de reforzar la presencia y la solidaridad europea. Londres y Madrid no se encuentran en situación económica y política de incrementar su presencia, poco más que simbólica. Hace semanas, las jerarquías militares esperaban de Macron una mayor presencia nacional/militar en Mali.

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