Francia investiga si Rusia agita la crisis de los chalecos amarillos

Los expertos creen que los medios de propaganda del Kremlin emplean las mismas tácticas que en Cataluña

Protestas de los chalecos amarillos en Francia EFE/ VÍDEO: ATLAS

David Alandete

El Gobierno francés y los servicios de comunicaciones estratégicas de la UE y la OTAN están investigando el papel de los medios estatales rusos en las protestas de los chalecos amarillos, después de que RT y Sputnik difundieran, como han hecho en el pasado, información falsa o exagerada para agravar la crisis. Rusia, por su parte, niega las acusaciones de injerencias.

«Los medios del Kremlin siguen una estrategia de amplificar cualquier protesta que dañe a las autoridades europeas, tratando de propagar el caos y difundir un mensaje de odio », asegura Jakub Kalenski, analista principal en el «think tank» Atlantic Council. «El caso más similar al de los chalecos amarillos es el de la crisis independentista catalana, que fue un pretexto para atacar a las instituciones democráticas europeas», añade.

Tanto RT como Sputnik, medios financiados por el Kremlin que operan en varios idiomas, incluidos el francés y el español, han publicado en días recientes miles de informaciones y vídeos sobre las protestas. La polémica, sin embargo, no la provoca el volumen, sino la autenticidad y la certeza del contenido más compartido en redes sociales.

En la cobertura de los medios rusos destacan noticias como la de que la Policía francesa le ha dado la espalda al presidente francés, Emmanuel Macron, y se ha alineado con las protestas populistas contra su Gobierno. Un exitoso titular de RT es « La mayoría de policías apoya a los chalecos amarillos en lugar de a Macron », que, compartido en Facebook en francés, provocó 9.000 reacciones. La fuente es Alexandre Langlois, del sindicato VIGI, que en las últimas elecciones sindicales sólo obtuvo un 0,4% del voto y por tanto dista mucho de ser representativo del sentir mayoritario.

El ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian , dijo el domingo en una entrevista radiofónica con la cadena RTL que su Gobierno está investigando esas injerencias. Para ello cuenta con la asistencia del grupo de comunicaciones East StratCom de la UE y el Centro de Comunicación Estratégica de la OTAN.

Como con la crisis independentista catalana, RT y Sputnik han difundido imágenes de forma engañosa, cambiando luego titulares y textos cuando se les ha descubierto. Un ejemplo de Sputnik: «La Policía en Francia se quita los cascos en solidaridad con los manifestantes». Es cierto que algunos policías se quitaron brevemente los cascos en Pau el 1 de diciembre, pero sólo para conversar un momento con unos manifestantes.

En las pasadas elecciones presidenciales francesas, los medios rusos publicaron abundante información perjudicial para Macron. Le compararon con Napoleón, le tildaron de « héroe de los ricos » y llegaron a hacerse eco de falsos rumores sobre su homosexualidad. El presidente les prohibió entrar a sus mítines en la recta final de la campaña electoral.

En julio, el parlamento francés aprobó una ley contra las noticias falsas que resulta inútil en el contexto actual y pone de relieve la dificultad de combatir estas injerencias. Permite a cualquier candidato solicitar a un juzgado que retire información injuriosa durante una campaña electoral. Pero, como en el caso catalán, este desafío a las instituciones no se produce durante unos comicios, sino en la calle y promovido por movimientos populistas.

Varias herramientas de seguimiento de las cuentas afines al Kremlin en redes sociales han detectado un incremento de menciones a las protestas de los chalecos amarillos en días recientes. Es el caso de Hamilton 68, que mide la actividad de 600 perfiles de Twitter que suelen propagar desinformación rusa. El «hashtag» más empleado por ellos en horas recientes ha sido el de #giletsjaunes, es decir #chalecosamarillos. Entre el contenido más compartido figura un dramático vídeo de RT en el que una tanqueta arrolla una barricada en llamas: «Furia, fuego, Francia: los disturbios y el caos paralizan por 4 semanas un país».

El Kremlin ha negado las acusaciones. Según su portavoz, Dimitri Peskov, «las protestas en Francia son un problema interno de ese país».

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