De Guindos y su colega griego, Tsakalotos, en el Eurogrupo
De Guindos y su colega griego, Tsakalotos, en el Eurogrupo - EFE

El Eurogrupo garantiza a Atenas que «aliviará» el coste de su deuda

Las medidas concretas serán analizadas en el Consejo de ministros de la UE del 24 de mayo

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Nadie quiere otro drama griego este verano y a Atenas se le abre por primera vez la puerta de una reestructuración de la deuda, que en estos momentos es el objetivo de casi todos. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, saludó la aprobación del último paquete de reformas, que suponen un recorte de gastos del 2% del PIB, pero todavía no es más que una etapa «que allana el camino de la primera revisión del rescate». Aún falta que Grecia apruebe ese «mecanismo de seguridad automático» que los más reticentes exigen antes de aceptar el principio de que se puede recortar de alguna manera el inmenso lastre de la deuda que pesa sobre el país. El ministro griego de Economía, Euclides Tsakalotos, se fue muy contento de la reunión diciendo que «ha sido un muy buen Eurogrupo para Grecia y para Europa».

Así las cosas, salir de este Eurogrupo sin haber llegado a un acuerdo se ha considerado como un éxito. Las reunión extraordinaria de los ministros de Economía de la zona euro tenía como objetivo lanzar un mensaje de confianza y de apoyo a Grecia por parte de los que es evidente que no se acaban de fiar, pero como confesó Dijjselbloen al final de la reunión, se ha conseguido «abrir el debate, explorar opciones y darle orientaciones a los técnicos» para ver hasta dónde se puede llegar.

Nadie ha admitido abiertamente que se vaya a tocar el principal de la deuda, es decir, aceptar por primera vez que un país de la zona euro no vaya a pagar una parte de sus créditos, ni tampoco nadie se atreve a descartarlo por completo.

Para el presidente del Eurogrupo, sin embargo, se puede esperar un acuerdo sobre la sostenibilidad de la deuda griega en la reunión del próximo 24 de mayo, cuando los ministros se reúnan por segunda vez este mes, siempre que el Gobierno de Atenas haya aprobado ese mecanismo de seguridad que según el comisario de Economía Pierre Moscovici «deberá servir para asegurar a los socios de Grecia» que las autoridades de Atenas mantendrán el rumbo de contención del gasto y «prever qué pasará si las medidas planeadas no fueran suficientes». Una especie de seguro de que ningún Gobierno abandonará el rumbo del rigor presupuestaario.

El papel del FMI

El presidente del Eurogrupo fue preguntado de todas las maneras para ver si aclaraba qué significa el término «alivio de la deuda» pero ni él ni el jefe del Fondo de Rescate, Klaus Regling, entraron en ningún detalle escabroso que pudiera interpretarse como una puerta a una quita. «Vamos a ver lo que se puede hacer, aún no sabemos qué es lo que podremos ofrecer» dijo Dijsselbloen sin renunciar a asegurar que «habrá asuntos de sostenibilidad de la deuda como se prometió, aunque todavía debemos determinar qué vamos a hacer exactamente».

En estos momentos la cuestión crucial es la posición del Fondo Monetario Internacional (FMI), que se niega a involucrarse en el rescate si no se afronta precisamente el problema de la sostenibilidad de la deuda y al mismo tiempo hay una inmensa mayoría de países que no pueden ni quieren seguir adelante con el tercer rescate sin contar con la garantía del FMI. Para abonar sus planes de llegar a un acuerdo el día 24 que sea capaz de contentar a todos –incluidos los griegos que quieren claramente que les perdonen una parte de la deuda– y a los europeos que ponen el dinero, Dijsselbloen adelantó que ahora mismo «el FMI cree que [la de ayer] es una buena manera de enfocar las cosas y no vemos problemas en la perspectiva a largo plazo».

La verdadera diferencia entre el FMI y el Eurogrupo es, sin embargo, el grado de esfuerzo que los griegos deben hacer para recuperar sus finanzas. La Comisión quiere que en 2018 se haya llegado a un superávit primario -es decir la diferencia entre ingresos y gastos del Estado descontando el pago de la deuda- del 3%, pero el FMI cree que esa es una meta que no solo no puede ser alcanzada por la maltrecha economía griega, sino que de hacerlo le causaría aún más problemas.

Es decir que en lo que queda hasta la próxima reunión todos los jugadores de esta partida de cartas tendrán que calcular qué pueden ofrecer y cuanto pueden aceptar, para intentar encajar todas las piezas. Hassta el ministro alemán, Wolfgang Schaeuble se declaró optimista porque «la filosofía de los rescates no es imponer algo a Grecia, sino ayudarle a que algún día pueda gestionar sus finanzas sin ayuda externa».

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