Donald Tusk con Alexis Tsipras, en Bruselas, en una imagen de archivo
Donald Tusk con Alexis Tsipras, en Bruselas, en una imagen de archivo - The Council of the European Union

El Eurogrupo, dispuesto a debatir un alivio de la deuda helena

Exige que, antes, el gobierno griego cumpla todas las reformas prometidas

CORRESPONSAL EN BRUSELAS Actualizado: Guardar
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En una atmósfera que ya vuelve a ser multi reiterativa, los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona se reúnen hoy por la tarde para intentar desbloquear los fondos del tercer rescate que Grecia necesita y que dependen de las reformas que apruebe el Parlamento heleno. Si todo va bien, Atenas puede lograr además que se abra la discusión sobre la reducción del peso de la deuda, que es la gran esperanza para el primer ministro, el populista Alexis Tsipras. Si no, todos –las instituciones europeas, el Fondo Monetario Internacional y el gobierno heleno– volverán a las maratonianas reuniones nocturnas y plazos de infarto para evitar la bancarrota.

Se trata de una reunión extraordinaria convocada a petición del presidente del Consejo, Donald Tusk, a quién Tsipras le había pedido que reuniera a los líderes de la zona euro para llevar la discusión a un nivel en el que ni los ministros se atreven a entrar.

Tusk convocó a cambio a los responsables de Economía, con el objetivo expreso de lanzar el mensaje de que la UE no se ha olvidado de Grecia, pero no quiere tampoco elevar el dramatismo de la situación, al menos no todavía. Si todo va bien en Atenas, se cree posible llegar a un acuerdo para cerrar la revisión del primer capítulo del tercer rescate (86.000 millones de euros), con lo que se desbloquearía el siguiente desembolso.

Reformas irreversibles

Los ministros exigen reformas concretas para aumentar los ingresos del estado y racionalizar el sistema de pensiones y ahora, además, un mecanismo de contingencia automático que garantice las medidas que se tomarán en caso de que no se alcance el objetivo de un superávit primario del 3,5% en 2018. Las instituciones europeas están obsesionadas por obtener garantías de que, una vez que Grecia haya conseguido entrar en el campo de la renegociación de la deuda –hasta ahora excluida de cualquier plan– no volverá a las andadas.

Sin embargo, a los griegos les ha salido una aliada inesperada en la persona de la directora del FMI, Christine Lagarde, que ha puesto la renegociación de la deuda como condición para que la institución que preside participe en el tercer rescate. En un artículo publicado este fin de semana, Lagarde aclara que no se refiere necesariamente a una quita del principal, algo que los europeos han excluido, pero que debe haber una fórmula para reducir el peso de la asfixiante deuda en las cuentas públicas griegas. «Creemos que ha llegado el momento de discutir simultáneamente la financiación, las medidas específicas (que Grecia debe cumplir)y la reestructuración de la deuda» ha dicho Lagarde. La francesa ha dicho además que la exigencia de que Atenas alcance un superávit tan alto en 2018 puede ser «no solo muy difícil sino contraproducente».

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