Elecciones en Italia

Los partidos tradicionales llaman al voto útil para frenar al populismo en Italia

A pesar de la mejoría económica, persiste el malestar ciudadano con los políticos

Antifascistas en una protesta contra un acto electoral del partido de extrema derecha CasaPound en Italia Efe
Ángel Gómez Fuentes

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Al igual que millones de jóvenes italianos, sobre todo en el sur, Maria Pia se enfrenta a una batalla diaria casi por la supervivencia. A sus 28 años, trabajaba en un «call center» de Tarento, en la región de Apulia, cobrando 33 céntimos por hora. Tras la denuncia de un sindicato, se cerraron dos «call centers» que eran el ejemplo de una nueva esclavitud. Al igual que Maria Pia, millones de italianos viven agobiados y apenas se preocupan de las elecciones , porque no creen que su suerte vaya a cambiar a partir de mañana, aunque las urnas sí pueden determinar este 4 de marzo la suerte de la tercera economía de la Eurozona.

Más de un año ha durado la campaña electoral en Italia, iniciada cuando Matteo Renzi , líder del Partido Democrático, perdió el referéndum constitucional en diciembre de 2016. A pesar de ser una extenuante campaña, no se han abordado los grandes problemas del país: la demografía, deuda pública, crecimiento, relaciones con Europa. Muy poco se habló de futuro, por lo que Italia seguirá sufriendo los siete pecados capitales de su economía, identificados por el director del Observatorio de las Cuentas Públicas italianas, Carlo Cotarelli, profesor de Economía: «Evasión fiscal, corrupción, exceso de burocracia, lentitud de la justicia, caída demográfica, diferencias entre norte y sur, y la dificultad de la economía italiana a convivir con el euro».

Una pésima campaña electoral

Hoy es la jornada de reflexión de una pésima campaña electoral. Para algunos observadores, la peor de la historia. Desde luego, sí ha sido una de las más aburridas. Hubo muchos insultos, agresiones de los ultras y la campaña estuvo dominada, como ninguna otra, por los problemas de la seguridad y de la inmigración, lo que no ha sido una sorpresa porque en los últimos cuatro años han llegado a Italia 630.000 refugiados e inmigrantes económicos .

Son datos que han sido explotados cada día por los partidos populistas y euroescépticos para estimular el miedo de la gente, lo que han conseguido plenamente. Hace seis años, el 71 % de los ciudadanos era partidario de conceder la nacionalidad a los hijos de inmigrantes nacidos en Italia. Hoy las encuestas destacan que el 60% de los italianos rechaza la idea de un país multiétnico.

Con estos datos, Silvio Berlusconi , líder de Forza Italia, y Matteo Salvini , de la Liga Norte, han reiterado en la campaña su promesa de expulsar a 600.000 inmigrantes, sin explicar cómo realizarán esa operación.

Los problemas de la inseguridad, inmigración y crisis económica han creado un estado de ánimo en el país de rabia, descontento y miedo al futuro. El 74% de los italianos considera que ya no puede tener el control de su propio futuro, un porcentaje que era inferior al 50% antes de la crisis. El 68% se siente excluido de los procesos sociales, económicos y políticos, mientras al inicio de la crisis era el 46%. Finalmente, el 72% teme que el país está retrocediendo.

Estos datos del instituto SWG indican que la mayoría de los italianos no percibe la mejora de la economía italiana, cuyo PIB (producto interior bruto) creció el 1,5%, el mejor dato desde el 2010, mientras el paro ha descendido a 11,1% y la deuda pública al 131,5% del PIB.

Los expertos creen que los buenos datos económicos no se traducirán en las urnas en consenso para el gobernante Partido Democrático (PD), centro izquierda. Según los observadores, la esperanza de los partidos más institucionales, desde Forza Italia al PD, es que la llamada al voto útil de los últimos días, junto a los buenos datos macroeconómicos de estos meses, pueda darles votos entre los indecisos, y restárselos a los partidos populistas por el miedo a un salto en el vacío.

Pero hoy los sondeos no registran notables cambios en la intención de voto. Las elecciones pueden decidirse en el sur de Italia, donde el Movimiento 5 Estrellas «va viento en popa», según reconoció Raffaele Fitto , el líder del pequeño partido del centro derecha «Estamos con Italia». Al tiempo que añadía, sorprendido ante un micrófono abierto, que el Partido Democrático «se está hundiendo en el sur».

Así, pues, si las elecciones son el espejo de un país, las de Italia pueden demostrar que la crisis ha dejado una impronta, dejando sin trabajo a los jóvenes del sur, con áreas donde el desempleo supera el 50%. No es casual que el Movimiento 5 Estrellas, con el 28% en intención de voto, llegue al 40% en las generaciones menores de 45 años, sector social donde el PD está bajo el 10% mientras domina entre los mayores de 65 años. Todos han prometido milagros que los electores no creen. Por eso se espera alta abstención.

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