Tropas sirias con apoyo ruso toman la última gran ciudad bajo control de Daesh

Conquistan la localidad de Deir ez Zor y empujan a los yihadistas al desierto

Aspecto de la ciudad de Deir Ezzor, tras los enfrentamientos este jueves entre el Ejército sirio y los yihadistas
Mikel Ayestaran

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El «califato» ha colapsado del todo y los últimos yihadistas de Daesh se refugian en el desierto que une Siria e Irak tras una jornada en la que sufrieron una doble derrota. El Ejército sirio y sus fuerzas aliadas anunciaron la liberación de Deir ez Zor y, al otro lado de la frontera, el Ejército iraquí logró expulsar a los últimos seguidores del «califa» de Al Qaim , localidad situada en plena línea divisoria entre los dos países. El comando general sirio informó de la victoria en Deir ez Zor, la última gran ciudad que quedaba con presencia yihadista, y aseguró que «constituye la etapa final» en la total erradicación del país de Daesh, que ya ha perdido todos sus centros de poder. Ahora los yihadistas «carecen de capacidad para llevar a cabo ofensivas y están aislados y rodeados en la zona este de la ciudad». Los mandos sirios, como ya hicieron los estadounidenses, apuntan a esta parte del Valle del Éufrates como el lugar donde se producirá la lucha definitiva.

Desde la caída de Mosul , a comienzos de julio, el «califato» no ha parado de ceder territorio en Irak y Siria y sus combatientes ya no luchan hasta la muerte, como lo hacían antes . Se ha producido además la división interna entre los combatientes locales, que en lugares como Raqa aceptaron ser evacuados en autobuses , y extranjeros, que quedan fuera de toda negociación y son quienes resisten hasta el final. Deir ez Zor, ciudad del noreste del país que antes de la guerra tenía más de 200.000 habitantes y era el centro de una gran empresa petrolera , se ha convertido en la segunda gran victoria para el presidente Al Assad en esta guerra, tras recuperar en diciembre el control de Alepo. Pero es el primer éxito de relevancia de sus fuerzas ante los seguidores del «califa».

Refuerzo moral

La batalla por Deir ez Zor supone un refuerzo moral para el Gobierno ya que una parte de la ciudad permaneció fiel a Damasco y Daesh la tuvo cercada desde 2014 hasta septiembre, cuando se logró romper uno de los asedios más largos de la guerra de Siria. Unos 93.000 civiles subsistieron en condiciones muy difíciles gracias a la ayuda que les lanzaban desde aviones.

Es también el primer gran éxito de Rusia en la guerra contra Daesh. La decisión de Vladímir Putin de entrar en la guerra siria en 2015 marcó un punto de inflexión y Al Assad empezó a recuperar terreno hasta convertirse en el ganador estratégico del conflicto. A punto de concluir la fase militar, los rusos trabajan en la estabilización política a través de las reuniones periódicas que organizan en Astana, más efectivas que las desarrolladas por la ONU en Ginebra.

La situación actual de Deir ez Zor no difiere mucho de la del resto de ciudades conquistadas a Daesh. El uso masivo de artillería y los bombardeos de aviación han dejado inhabitables la mayor parte de los edificios y no será sencillo devolver los servicios mínimos para que los civiles puedan regresar. Los escombros, los bloques de viviendas convertidos en esqueletos y la ausencia total de vida son la herencia que dejan tres años de «califato» yihadista en la ciudad.

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