Manifestación contra el derechista Norbert Hofer, este jueves en Viena
Manifestación contra el derechista Norbert Hofer, este jueves en Viena - Reuters

La división política en Austria salpica a su poderosa iglesia

Polémica tras pedir el obispo de Salzburgo el voto para el derechista Norbert Hofer

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Que Austria afronte el irremisible fin de época y de régimen o reciba un balón de oxígeno para los partidos tradicionales dependerá del resultado de las urnas de este domingo. De que gane uno u otro de los dos candidatos que han pasado a la segunda ronda de las elecciones presidenciales, el verde Alexander Van der Bellen y el derechista del Partido Liberal (FPÖ) Norbert Hofer. Nadie se atreve a hacer pronósticos, pero es evidente que los partidarios de Van der Bellen, que son todos los partidos tradicionales y las fuerzas que los apoyan, tienen más miedo a un resultado adverso.

Son ellos los que intensificaron este jueves sus llamamientos a votar al viejo profesor que era solo candidato de los Verdes, pero que se ha convertido en el «candidato del sistema» por el hundimiento electoral de quienes comparecían en nombre del partido socialista (SPÖ) y del partido popular (ÖVP).

La poderosa organización de Viena del SPÖ decidió no asumir la postura de la dirección nacional que no quiso hacer recomendación de voto y pidió este jueves que se acuda a las urnas para evitar que gane el candidato Hofer. En la carta a sus afiliados, el SPÖ de Viena ni cita al candidato Van der Bellen para el que pide el voto solo para evitar la llegada de Hofer del que temen «un giro autoritario para poner fin a la II República». El frente contra Hofer ha aumentado su radicalidad con mayor relieve izquierdista, lo que podría ser contraproducente.

«Que a Hofer le odien izquierdistas y que utilicen contra él el garrote nazi habla en su favor»
Andreas Laun

Pero la prueba de la división que ha causado en la sociedad austriaca esta campaña electoral, que es muy fiel reflejo de la polarización generada por la crisis de los refugiados, está en que la poderosa iglesia católica austriaca ha quedado dividida. El obispo de Salzburgo Andreas Laun publicó este jueves en la agencia oficial de la iglesia un artículo en el que pide directa y encarecidamente el voto para Norbert Hofer que es «el único que puede ser votado». «Debemos rezar por él y por Austria. Que le odien izquierdistas y que utilicen contra él el garrote nazi habla en su favor no en contra», añade Laun. Que el rival de Hofer sea un notorio miembro de la masonería no le ayuda por supuesto en opinión de este combativo obispo que lo considera un «enemigo de la iglesia». El cardenal Christoph Schönborn ha tenido que intervenir para recordar que la Iglesia no recomienda voto y que cada católico debe votar de forma reflexionada lo que crea mejor «para el futuro de Austria y sus gentes pero también para el futuro del continente europeo».

El garrote nazi

«Die Nazi Keule» (el garrote nazi) es un término ya profundamente asentado y que responde a un estado de ánimo en Austria que comenzó a darse cuando surgió el escándalo Waldheim y se fortaleció años después cuando una coalición con el FPÖ provocó sanciones de la UE contra Austria. Es la convicción de que las acusaciones de nazismo son permanente, injusta y abusivamente utilizadas para callar bocas y voluntades en Austria que nada tienen que ver con nazismo. El garrote nazi, dicen también muchos intelectuales de izquierdas, ya no funciona. Muchos austriacos parecen decididos a demostrarlo el domingo en lo que es una de las ideas movilizadoras del voto a Hofer.

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