Así contó ABC el comienzo de la Segunda Guerra Mundial

«Es imposible vivir momentos más trágicos y angustiosos que los que se están sucediendo desde las tres de la mañana de este primero de septiembre», escribía desde Berlín el corresponsal de este periódico, Eugenio Valdés

Imagen de la portada de ABC del 2 de septiembre de 1939 ABC

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«¡Guerra!», titulaba su crónica desde Berlín el corresponsal de ABC Eugenio Valdés el 2 de septiembre de 1939. «Es imposible vivir momentos más trágicos y angustiosos que los que se están sucediendo vertiginosamente desde las tres de la mañana de este primero de septiembre, cargado de negros presagios». En realidad sería a las 4.40 cuando los Stukas alemanes comenzaron a bombardear la ciudad polaca de Wielun. Algo después, el acorazado Schleswig-Holstein bombardeó la fortaleza de Westerplatte, que protegía la ciudad libre de Danzig (Gdansk), en el centro del conflicto germano-polaco. No se comentaba más que de pasada el ataque polaco a Alemania . La escaramuza en la radio fronteriza de Gleiwitz sería utilizada por Goebbels luego para responsabilizar a Polonia del comienzo de la guerra. Aquel suceso no quedó claro hasta los juicios de Nüremberg, donde se dictaminó que el ataque a la radio lo realizaron miembros de las SS vestidos con uniforme polaco.

Desde París, el corresponsal Mariano Daranas daba cuenta de un hecho: «Rusia reforzaba sus efectivos en el Oeste, es decir en la frontera polaca, noticia publicada doce horas antes de la acción en el Corredor (…) Todo parece indicar que, en efecto, la acción de Alemania contra Polonia aparecía condicionada a la asistencia de Rusia, primero asistencia diplomática, pero virtualmente y mientras Stalin no disponga otra cosa, Polonia está cogida entre dos fuegos». En efecto, el día 17 la URSS invadía Polonia .

Desde Londres se informaba de la comparecencia del primer ministro Chamberlain: «La catástrofe de la guerra recae sobre un hombre: el canciller alemán. Ha sumido al mundo en una guerra con el fin de servir su propia ambición. Me propongo decir pocas palabras. Ha llegado el momento de la acción. He rogado durante dieciocho meses que la responsabilidad no recayera sobre mí, pero temo no poder evitar esta responsabilidad». «La palabra terrible y fatal ha sonado. Se ha encendido la guerra en Europa. Si aún hubiese una remota posibilidad de atajar el estrago, este movimiento optimista se anularía frente a la realidad de unos acontecimientos no por esperados menos terribles», publicaba ABC. El 1 de septiembre comenzaba, y nadie lo dudaba, la II Guerra Mundial .

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