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Argentina se salva de la quiebra gracias al acuerdo con el FMI
Alberto Fernández pacta rigor presupuestario y menos subsidios a la luz y el gas, en contra del voto de la facción kirchnerista
La aprobación este próximo viernes por parte de la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) del acuerdo alcanzado con el Gobierno de Alberto Fernández evitará que la siguiente semana Argentina entre en quiebra. Con la ayuda del FMI, Buenos Aires estará en condiciones de hacer un pago de 2.800 millones de dólares que ya no puede postergar más allá del 31 de marzo. Los términos del trato con el organismo internacional fueron rechazados por la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y votados en contra por su facción tanto en el Senado como en la Cámara de los Diputados, donde su hijo, Máximo Kirchner, renunció a continuar como portavoz oficialista.
Los vituperios contra el FMI , no extraños en la izquierda latinoamericano, son especialmente frecuentes en Argentina, donde a ese organismo se le asocia con situaciones financieras previas muy dolorosas, como la que vivió el país en 2001, con el famoso «corralito» . En 2005, el presidente Néstor Kirchner saldó una deuda de más de 9.000 millones de dólares que tenía con el FMI (con ayuda de Hugo Chávez) y cortó toda la relación con la institución, situación prolongada por su esposa tras sucederle en la presidencia.
Cuando Mauricio Macri puso fin a los gobiernos kirchneristas, y para intentar superar la mala situación financiera heredada, concertó en 2018 un crédito con el FMI de 57.000 millones de dólares, el mayor que nunca había concedido esa organización. Realizada la primera entrega, de 45.000 millones, Macri perdió el poder y el nuevo presidente, Alberto Fernández , paralizó la recepción de más cantidades. Macri no tuvo tiempo de enderezar la economía y Fernández tampoco ha podido, generando incluso mayores niveles de inflación (en 2021 fue del 50,9%), de forma que el Gobierno no puede retornar al FMI los vencimientos de aquel crédito de 2018 (en 2022 debía pagar 19.000 millones de dólares y en 2023, 21.000).
«El kirchnerismo podrá optar a sacar rédito político de su oposición a los recortes y capitalizar todo lo que económicamente le salga mal al presidente»
Tras meses de negociaciones, a comienzos de marzo ambas partes llegaron a un acuerdo que otorga a Argentina un periodo de gracia de cuatro años y medio, escalonando los pagos entre 2026 y 2034. A cambio, el Gobierno se compromete a reducir el déficit al 2,5% del PIB en 2022, al 1,9% en 2023 y al 0,9% en 2024; impedir ue la inflación interanual vaya más allá del 52% en 2022; aumentar las reservas del Banco Central, y eliminar poco a poco los subsidios a la energía (se trata básicamente de actualizar las tarifas de luz y de gas para empresas y particulares, que estaban congeladas).
Alberto Fernández ha insistido en que no se trata de ningún «ajuste», alegando que no se tocarán las pensiones ni los salarios , pero el rigor presupuestario al que se compromete puede resultar especialmente impopular en un momento complicado de la economía internacional. Cuando gobiernos de todo el mundo se plantean compensar con subsidios el precio de la energía, disparado a raíz de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia, Fernández va a tener difícil eliminarlos. Por lo demás, la tendencia inflacionaria global puede imposibilitar los objetivos que se fija Argentina, que en enero y febrero lleva una inflación acumulada del 8,8%.
Esa perspectiva es la que han tenido en mente Christina Fernández y su hijo para oponerse desde dentro del oficialismo . No es solo que ir contra el FMI siempre puede aportar votos, sino que además el kirchnerismo podrá optar a sacar rédito político de su oposición a los recortes y capitalizar todo lo que económicamente le salga mal al presidente. La votación en las dos cámaras del Congreso fueron seguidas con manifestaciones callejeras, con lemas en pancartas como «Patria o FMI».
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