China responde a EE.UU. con más aranceles a partir del 1 de junio

Como represalia por la subida arancelaria de Trump, Pekín gravará las importaciones de 5.000 productos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares

AFP
Pablo M. Díez

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Ha tardado tres días, pero su respuesta ha sido contundente. Tras la subida de aranceles ordenada por Trump el viernes, China gravará también sus importaciones estadounidenses. A partir del 1 de junio, Pekín impondrá aranceles a 5.000 productos procedentes de este país valorados en 60.000 millones de dólares (53.300 millones de euros). En un comunicado en su portal de internet, así lo ha anunciado este lunes el Ministerio de Finanzas chino, que fijará una subida de aranceles al «25, 20 y 10 por ciento» . Solo se librarán del incremento las importaciones ya gravadas con un 5 por ciento, que seguirán igual.

«China espera que Estados Unidos vuelva al camino correcto de las negociaciones bilaterales, trabajando juntos y encontrando un punto medio para alcanzar un acuerdo que nos beneficie mutuamente sobre la base del respeto y la igualdad», advirtió el Ministerio, que define su reacción como «una respuesta al unilateralismo y al proteccionismo comercial». Agravando la guerra comercial que les enfrenta desde el pasado verano, Pekín replica así a los aranceles para importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares (177.630 millones de euros) que Washington estableció el viernes .

Poco antes de que la decisión se hiciera pública, el presidente Trump había advertido en Twitter de que «China no debería tomar represalias» porque «solo empeorará las cosas». A pesar de sus esfuerzos por minimizar el impacto en los consumidores estadounidenses de la guerra comercial con China, que asegura ir ganando , las Bolsas ya están sufriendo pérdidas que amenazan a la economía global. Lo peor de todo es que Trump planea extender los aranceles del 25 por ciento al resto de importaciones chinas, que suman 300.000 millones de dólares (266.430 millones de euros).

Hace solo dos semanas, parecía que Washington y Pekín estaban a punto de alcanzar un acuerdo para acabar su guerra comercial. Pero Trump acusó al autoritario régimen chino de intentar renegociar las condiciones en vísperas de la última ronda de conversaciones, que se celebró el jueves y viernes y concluyó sin acuerdo. Aunque China había pedido diálogo, finalmente ha acabado plantando cara a EE.UU. en esta guerra comercial que podría afectar a todo el mundo.

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